LONDRES.- Los ministros de Finanzas del G-7 se comprometieron con un objetivo de impuesto mínimo mundial para las grandes empresas de “al menos 15%” y una mejor repartición de esos ingresos fiscales, según un comunicado publicado el sábado tras una reunión de dos días en Londres.El acuerdo logrado por los responsables de los siete países más ricos del mundo fue calificado de “histórico” por el ministro británico de Finanzas, Rishi Sunak, que presidía el encuentro.Las principales potencias del G7 (Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Japón, Alemania y Estados Unidos), aprovechando el renovado interés de la administración estadounidense por esta cuestión desde que Joe Biden asumió el cargo de presidente, quieren lograr una reforma global del impuesto de sociedades siguiendo los trabajos realizados hasta ahora en la OCDE. El compromiso para una reforma fiscal global “adaptada a la era digital”, como la califica Sunak, supone un importante impulso para la reunión del G-20 que se celebrará en julio en Venecia, donde se espera un acuerdo formal al respecto.Los campeones del mundo no quisieron más vacunas. Por Francisco OliveraLos funcionarios de la cartera contable llegaron a un acuerdo “sobre el principio de una tasa mínima global del 15% para la tributación de las grandes empresas, a aplicar país por país”, indicó el Tesoro británico con un mensaje en Twitter y habló de “un endurecimiento de la presión fiscal” que hará que las multinacionales Big Tech paguen “su parte justa”.Según el Tesoro, “las empresas mundiales más grandes, con márgenes de beneficio de al menos el 10%, verán el 20% de todos los beneficios por encima de este umbral reasignados y gravados en los países donde realizan ventas”. El texto final del comunicado menciona también el compromiso de una mejor repartición de los derechos de gravar los beneficios de las grandes multinacionales, principalmente digitales y estadounidenses. Es el llamado segundo “pilar” de la reforma planteada por la OCDE y que incluye a cerca de 140 países.Los ministros de Economía del G-7, reunidos presencialmente y con medidas de distanciamiento por la pandemia del coronavirus desde este viernes en Londres, comenzaron a preparar así la decisión definitiva que deberán adoptar los jefes de Estado y de Gobierno del G-7 en la cumbre que se celebrará el próximo 11 de junio en la región costera británica de Cornualles.“El dumping fiscal no puede ser una opción en Europa ni en ningún país del mundo. Esta práctica solo llevaría a una caída aún mayor de la recaudación del impuesto sobre sociedades, más desigualdad y la imposibilidad de financiar los servicios públicos básicos”, afirmó un texto con la firma del italiano Daniele Franco, la española Nadia Calviño, el francés Bruno Le Maire y el alemán Olaf Scholz.¿Cuándo le dará la vacunación un respiro a la región?Los ministros denunciaron así la práctica llevada a cabo por las grandes tecnológicas de desplazar sus beneficios globales a aquellos territorios ?Irlanda, por ejemplo? que les ofrecen mayores ventajas fiscales. Eso a pesar de que su presencia es ya global, y sus ventas y beneficios son particulares en cada país concreto.La medida apunta principalmente a las grandes empresas tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses, que pagan impuestos irrisorios a pesar de obtener beneficios de decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares, gracias a que están domiciliadas en países donde la tasa del impuesto de sociedades es muy baja o incluso nula.El gobierno de Joe Biden puso sobre la mesa la cifra del 15% (MANDEL NGAN/)El acuerdo del G-7 sobre finanzas “es un primer paso, y el mes que viene tenemos una reunión de ministros de finanzas del G-20 para seguir avanzando”, dijo Sunak, afirmando que el compromiso alcanzado “inyectará equidad en nuestro sistema fiscal mundial”.La administración estadounidense de Joe Biden había sugerido inicialmente una tasa global del 21%, antes de cambiar de opinión y situarla en el 15%, un nivel que por ejemplo Francia considera “un mínimo”, “un punto de partida”.Un debate extensoVarios países, entre ellos Francia, Reino Unido, Italia o España, ya han implantado su propio impuesto digital, y las conversaciones con Estados Unidos versaron también sobre el calendario de retirada de estas medidas nacionales en favor de la reforma internacional.“Es algo de lo que llevamos hablando casi una década y, por primera vez, hoy tenemos un acuerdo sobre principios tangibles de cómo debe ser esta reforma. Y eso es un gran paso adelante”, dijo Rishi Sunak.No obstante, admitió que “todavía tenemos que ir al G-20 y llegar a un acuerdo con un grupo más amplio de países, por lo que es difícil decir cuándo se alcanzará un acuerdo definitivo”, señaló.Este proceso debería durar varios años más, ya que, además del grupo de los 20, será necesario lograr el visto bueno de los 140 países que trabajan en el proyecto de reforma fiscal dentro de la OCDE.El reto consistirá en convencer a los países que han construido sus economías sobre la base de tasas impositivas especialmente bajas para las empresas, como Irlanda (12,5%) y que han atraído las sedes europeas de muchas multinacionales.Agencias AFP y ANSA

Fuente: La Nación

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