Por Lucila SigalBUENOS AIRES, 28 jul (Reuters) – Los argentinos Claudia
Becerra y Agustín Cacciola soñaban con tener un hijo, pero la
pandemia de coronavirus, sumada a una grave crisis económica y
una extensa cuarentena, los llevó a postergar su deseo hasta
tener una situación personal más estable, un cuadro que se
repite y derivó en una caída del 25% en la tasa de natalidad.Primero Cacciola quedó varado durante tres meses en Perú,
cuando el país andino declaró estado de sitio por la pandemia.
Cuando finalmente pudo regresar a su Buenos Aires natal, se
quedó sin trabajo, lo que afectó la estabilidad económica y
emocional que la pareja anhelaba tener para ser padres.”La incertidumbre es lo más difícil a lo que nos enfrentamos
siempre (…) Obviamente los dos pensamos que sería bueno
casarnos y tener hijos, nos gustaría, y luego decís ‘hay que
cambiar un poco el escenario porque la realidad es la
realidad'”, dijo Cacciola, un abogado de 32 años, a Reuters
junto a Becerra en su casa del coqueto barrio de Belgrano.”Yo soy más grande que él y el tema de ser madre lo venía
postergando un poco por cuestiones profesionales nuestras y el
año pasado por una cuestión económica también de los dos y todo
esto que pasó en el medio”, agregó Becerra, una contadora de 38
años, quien citó además las dificultades para conseguir turnos
médicos para hacerse controles por las restricciones.La historia de la pareja es una de las tantas que ilustran
una caída en la tasa de natalidad, una tendencia que comenzó en
2016 debido a la crisis económica en Argentina, pero que se
agudizó con la llegada del COVID-19.En la ciudad y en la provincia de Buenos Aires, los
nacimientos cayeron cerca del 25% al comparar datos de enero y
febrero de este año con el mismo período del 2020, cuando aún no
se sentía el impacto del coronavirus en la región, según cifras
de los registros oficiales a los que tuvo acceso Reuters.Aún no hay datos de todo el país, según fuentes oficiales.Cuando empezaron las restricciones por COVID-19 en marzo de
2020 en Argentina y las personas debieron quedarse en sus casas
encerradas durante meses, Patricio Zalabardo, director del
Registro de las Personas de la provincia de Buenos Aires, la más
grande y poblada del país, preparó los sistemas de sus oficinas
esperando que hubiera un “baby boom”. Pero sucedió lo contrario.”Cuando uno ve los años en que impactó la baja de natalidad,
obviamente son años donde hay incertidumbre, donde hay crisis
económica o donde, como en este momento, hay una pandemia que
impacta en un montón de decisiones de la vida familiar y,
evidentemente, también impactó en la decisión de tener hijos”,
dijo a Reuters Zalabardo en su oficina de la ciudad de La Plata.Argentina, un país de unos 45 millones de habitantes que
superó los 104.000 muertos por coronavirus, atravesó una de las
cuarentenas más largas del mundo, lo que tuvo consecuencias
tanto en lo laboral, como en la salud mental, en la educación de
los niños y en la manera de vincularse.Estrés versus fertilidadEl estrés crónico que vive el argentino promedio producto de
la crisis económica, sumado a la incertidumbre y el temor
generados por la pandemia, incidieron en la caída de los
nacimientos, según la ginecóloga y sexóloga Silvina Valente,
presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y jefa
de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.”‘¿A este mundo voy a traer un hijo?’. Eso se escucha
muchísimo en el consultorio”, dijo Valente a Reuters por Zoom.
“En Argentina, tanto con el confinamiento como los problemas
económicos que trajo y que veníamos arrastrando desde hace
añares, lo que hizo esta pandemia fue hacer una brecha muy
importante en cuanto a las posibilidades de planificación”.”Realmente todo esto a personas que planifican se les juega
con muchísima ansiedad y la ansiedad les corre por dos lados:
tengo miedo y no quiero planificar un hijo o inhibo mi
ovulación, me baja la cantidad de espermatozoides y tengo
problemas de fertilidad”, dijo Valente, quien añadió que la
caída en la natalidad se vio también en Estados Unidos y Europa.En América Latina, México registró una caída del 15,1% entre
enero y mayo de 2021 con respecto al mismo período del 2020,
mientras que Brasil tuvo el menor número de nacimientos en el
primer semestre de 2021 desde que se comenzaron a compilar datos
en 2003, según cifras provistas a Reuters por entes oficiales.En Colombia, el índice de natalidad cayó un 17,4% en 2020
comparado con el año anterior, pero repuntó un 26,1% en el
primer semestre de 2021 con respecto a igual período de 2020.Los problemas para concebir entre quienes se animaron a
hacerlo en contexto de pandemia llevaron a muchas parejas a
acudir a clínicas de fertilidad, donde las consultas cayeron en
la primera mitad de 2020 por la cuarentena y la falta de
información, pero repuntaron fuertemente este año, a medida que
Argentina aceleró el plan de vacunación y alivió restricciones.”Hemos visto en el último tiempo, me gustaría decir desde el
2019 hasta ahora, dos incrementos importantes”, dijo a Reuters
el doctor Fernando Neuspiller, director del Instituto Valenciano
de Infertilidad (IVI) en Buenos Aires.”El primero es el 137% de mujeres que vienen a preservar su
fertilidad y un 34-38% de mujeres que vienen a la clínica a
buscar ser madres solas (…) Hemos notado ese aumento en época
de pandemia”, agregó el especialista, quien contó que muchas
mujeres que decidieron tener hijos por su cuenta citaron la
dificultad de conocer una pareja durante la extensa cuarentena.Desde 2013, existe en Argentina una ley que cubre de manera
gratuita los tratamientos de fertilidad, lo que sortea de alguna
manera las limitaciones planteadas por la crisis económica, si
bien cerca del 60% de las personas lo hacen mediante planes de
salud y alrededor del 40% de manera privada, según Neuspiller.”Como se han restringido un montón de actividades de ocio y
de compra de bienes de los pacientes, parejas o mujeres solas,
creemos que parte de ese dinero que estaba destinado por ejemplo
a un viaje que ahora no se puede hacer o a cambiar el auto, la
gente lo ha destinado de manera más fructífera a costear un
tratamiento de reproducción”, dijo el médico.Hasta el momento, Argentina, la tercera economía de América
Latina, administró unos 30 millones de dosis de los laboratorios
Gamaleya, Sinopharm, AstraZeneca y Covishield, en una campaña
que muchos criticaron por su lentitud y la dificultad para
conseguir vacunas de otros proveedores.De todos modos, el panorama luce más despejado para algunos.Agustín Cacciola consiguió un nuevo empleo, su pareja tiene
un trabajo que disfruta más y están planeando mudarse a un
apartamento más amplio, condiciones que les brindan mayor
estabilidad para volver a conectarse con su deseo de formar una
familia.”Este año tomamos la decisión (de ser padres), las cosas se
empezaron a ordenar y empezó a haber menos restricciones, por lo
menos en cuanto a lo social, turnos médicos, etcétera, y eso
también te permite ir encasillando las cosas para otro lado, más
allá de los problemas que siguen existiendo y que en Argentina
van a seguir estando”, dijo Becerra.
(Reporte de Lucila Sigal. Reporte adicional de Luis Jaime
Acosta en Colombia y Abraham González en México, Editado por
Juana Casas)

Fuente: La Nación

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