El dengue es una enfermedad viral causada por la picadura del mosquito Aedes aegypti que puede generar graves problemas en la salud de las personas, motivo por el cual es importante que haya un trabajo articulado entre la población y el estado para controlar y prevenir la propagación del virus y mosquito.
Aedes aegypti es el mosquito responsable de transmitir la enfermedad a través de su picadura. Puede ser tanto portador como transmisor del virus, lo que genera preocupación en regiones endémicas, sobre todo en épocas estivales. Además, este mosquito puede transmitir otros virus como el zika y chikungunya, ambos igualmente perjudiciales para la salud.
En 2019 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registró el mayor número de casos de la historia con 3.139.335 casos afirmativos y 1.538 muertes. Asimismo, el 2020 comenzó con más casos que el año pasado (155.343 casos de dengue y 28 muertes) por lo que se hace de suma importancia tomar recomendaciones y medidas necesarias.
Prevención y control
Tanto el mosquito vector y la enfermedad (casos) son “dos caras de la misma moneda”, por eso, no deben abordarse por separado sino integrados trabajando en equipo entre los municipios, la comunidad, la educación y con las ONG con políticas de salud y control vectorial. 
El mosquito debe monitorearse de manera permanente con los métodos y elementos de diagnóstico que ya existen y que son muy simples y de bajo costo. Por otro lado, los programas integrales con articulación publico privada con colaboración de la comunidad, son los que proponen más casos de éxito.
 “No hay una estrategia de control aislada que resulte efectiva en sí misma. Los programas de control exitosos se alcanzan cuando los equipos interdisciplinarios trabajan de manera organizada y coordinada, los intendentes de las comunas respaldan las acciones, el personal de monitoreo y control está altamente capacitado manteniendo un alto nivel de profesionalismo en su gestión y, por último, pero no menos importante, la sociedad está educada debidamente”, señaló Marcelo Hoyos, Gerente Técnico de Higiene Ambiental en BASF.
Los criaderos de Aedes aegypti son recipientes naturales o artificiales en el que puede acumularse agua por un período de tiempo y pueden desarrollarse las larvas del mosquito en su interior. La hembra de Aedes aegypti prefiere recipientes con agua limpia, pero también puede poner sus huevos en recipientes con agua sucia o estancada, inclusive sin ella, pero que puedan contener agua en un futuro (a la espera del momento oportuno para eclosionar). Por lo tanto es recomendable:
Estrategias culturales y físicas

Descacharrado intensivo permanente evitando tener recipientes y espacios con agua estancada.
Vaciar con frecuencia contenedores que puedan acumular agua. Remover bolsas o envases de polietileno, cubiertas y también juguetes, que pueden generar acumulación de agua en sus pliegues o cavidades.
Mantener la tasa de las rejillas o desagües sin agua o hacer correr el agua acumulada cada tres días.
Los tanques de agua deben tener tapa sin roturas ni aberturas, por más pequeñas que sean.
Mantener limpias las piletas de natación, con agua en circulación y cloradas. Vaciar piletas semivacías, aún en otoño o primavera, para evitar transformarse en un potencial criadero de mosquitos.
En los techos, revisar y limpiar las minguarías y canaletas de desagüe, principalmente cuando se avecinan lluvias.
Mantener el césped bien corto, sanear sitios enmalezados y retirar el pasto cortado. Complementar estas estrategias con acciones de prevención, ordenamiento, limpieza y descacharrado

Estrategias químicas

Utilizar insecticidas residuales, como es el caso de Tacazo® o Fendona® 6 SC de BASF, en criaderos potenciales, sitios donde pernoctan o se protegen los adultos del calor, frío, luz y viento. Estos productos son de uso profesional y deben ser aplicados por una empresa de control habilitada o personal del estado habilitado. Son productos de baja toxicidad, no tienen olor y permanecen activos controlando adultos por varias semanas. El uso de insecticidas residuales esta descripto en las guías de la OMS.
Larvicidas aprobados.

Prevenir las picaduras

Usar repelentes autorizados, respetando los tiempos de acción indicados por el fabricante.
Ropa de manga larga y cubrir la mayor parte del cuerpo.

Fuente: InfoCampo

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