La ciruela es el fruto estrella de nuestras tierras durante el verano y su árbol perteneciente a la familia de las rosáceas y al género prunus cuenta con 17 mil hectáreas cultivadas en Mendoza, la primera productora y exportadora del país.
La provincia tiene cultivos en San Rafael, General Alvear, Santa Rosa, Rivadavia, Lavalle, Maipú, San Carlos y Tunuyán, y vende la fruta fresca y desecada a Brasil, España, Argelia, Chile, Egipto, Portugal, Rusia, Brasil, Holanda, España, Polonia y Alemania.
Según datos del último informe publicados por la Secretaría de Agroindustria sobre la cosecha de los últimos 25 años, se observa un decrecimiento sostenido e importante de California al tiempo que se registra crecimiento sostenido de Chile y Argentina, con mayor inestabilidad en nuestro país por los fenómenos climáticos.
En Argentina, se consumen aproximadamente 19.710 toneladas anuales, lo que representa un valor de
0,45 kilos por habitante (dato estimado por la DCA para el año 2017). El consumo es generalmente de ciruela tiernizada (proceso de humectación necesaria para su consumo) con y sin carozo.
Excelente aliada de la salud
Llegado de China, a través de la ruta de la seda, el ciruelo se establece en toda la cuenca mediterránea
bajo el impulso de los griegos y los romanos. El secado al sol o en los hornos de pan, según las regiones, se
utilizó ampliamente en para elaborar ciruelas desecadas/deshidratadas.
La “ciruela pasa”, como se la conoce internacionalmente, es un fruto secado, con un alto valor nutricional. La necesidad de su deshidratación surgió para extender su conservación durante mucho tiempo, tanto para las necesidades alimentarias, durante las malas temporadas, como para los largos viajes en caravanas o por mar. La ciruela pasa es conocida desde la antigüedad por sus virtudes nutricionales, dietéticas y medicinales. Y llega a nuestro país con las corrientes inmigratorias desde Europa en el siglo XX.
Las ciruelas se pueden comer frescas y recién cosechadas y aprovechar sus múltiples propiedades desintoxicantes y curativas, entre las que se destacan: medicinal para los males intestinales, rica en agua, fibra, potasio, calcio, fósforo, magnesio y hierro. Además cuenta con mucha vitamina C, que sube las defensas contra los virus y provitamina A y vitamina E.
Entre sus cualidades se destacan:
Energía física y mental. La ciruela está especialmente indicada para obtener un mejor rendimiento físico e intelectual.
Mejoramiento de la piel, las mucosas y la vista por su aporte de vitamina A.
Es antioxidante frente a los radicales libres que dañan principalmente las arterias y las neuronas, además del ADN del núcleo celular, gracias a su contenido en vitamina E y C.
Alivia la retención de líquidos porque tiene mucho potasio, que además mantiene los músculos en buen estado.
El efecto diurético también la hace útil en caso de reumatismo, gota y enfermedades renales.
Fuente: InfoCampo