El cultivo de soja durante su desarrollo puede ser afectado por distintos grupos de plagas, entre las que se destacan a las arañuelas, trips, orugas defoliadoras y chinches, siendo estas últimas dos los grupos más importantes desde el punto de vista económico. De esta forma, el Ingeniero Agrónomo, Mariano Luna, aconseja su constante monitoreo para evitar su propagación y, de ser necesario, la utilización del correcto insecticida.
Durante el mes de enero de 2020 hubo un ataque muy importante del complejo de orugas defoliadoras en el cultivo de soja tanto de primera como de segunda (con mayor presencia de Spodoptera spp.). Sin embargo, existen bajas probabilidades de que la plaga vuelva a afectar el cultivo de esa manera.
Actualmente, el cultivo está cercano a atravesar las etapas críticas para la generación de rinde, por lo que resulta clave la protección de este frente al complejo de chinches.
Los cuadros más adelantados, ubicados principalmente sobre el Sur de Córdoba, el Centro Norte de Santa Fe y ambos Núcleos, se encuentran diferenciando vainas (R3-R4). Es por ello, que se sugiere comenzar a prestar especial atención a partir de R1, momento en el que empieza la etapa de mayor sensibilidad para el cultivo, donde pueden generarse aborto de flores y vainas, sumado al mayor incremento poblacional de chinches. Igualmente, siempre hay que tener en cuenta la zona y el grupo de madurez de la soja.
“Las recomendaciones para reducir el daño económico se hacen en función de un umbral, el cual es dinámico y se readapta según la especie, distanciamiento de hileras y estado fenológico”, explicó Mariano Luna, Ingeniero Agrónomo del INTA.
A modo de ejemplo, el ingeniero indicó que “si tomamos en término medio a la chinche verde (que es la del daño más significativo) y una soja sembrada a 35 cm, en R3, R4 que es el período de formación de vaina, el umbral es media chinche por metro lineal. En la etapa de llenado de grano R5, el umbral es de alrededor de 1 chinche por metro lineal. Y en la etapa R6, R7, más de dos chinches y media por metro lineal es el umbral”.
“Si se quiere preservar altos rendimientos y calidad de la semilla la solución es monitorear. Y para que ese monitoreo sea óptimo, hay que mirar a la población de chinches desde fin de los estados vegetativos, para poder evaluar de una manera correcta la estructura de población”, detalló Luna.
Para evitar que se incremente la población de chiches, el Ingeniero recomendó usar un “Neonicotinoide de tercera generación que ofrece Summit Agro, STARKLE”. Y destaco que se trata de un insecticida, que no solo controla las chinches sino también los trips, permitiendo una mayor protección de los rendimientos potenciales desde el inicio de formación de vainas.
“Controla el complejo de chinches en soja en todos sus estadíos, combinando un gran poder de volteo sobre adultos y ninfas con una elevada persistencia en el cultivo, manteniendo altos niveles de control hasta tres semanas después de su aplicación (siempre y cuando se sigan las recomendaciones de uso)”, detalló el especialista.
Sumado a ello, el Ingeniero destaca que “no hay que olvidar que pertenece a la tecnología Be Green, que cuida al medio ambiente, al usuario y con una alta selectividad y respeto por la fauna benéfica”.
Fuente: InfoCampo