A los 26, Estanislao Montiel atendía clientes para una prepaga en Buenos Aires. Cinco años después, dice que “con ganas de aprender, y trabajo, es imposible que algo salga mal”. El miedo de los padres.
Fuente: Clarín Rural
A los 26, Estanislao Montiel atendía clientes para una prepaga en Buenos Aires. Cinco años después, dice que “con ganas de aprender, y trabajo, es imposible que algo salga mal”. El miedo de los padres.
Fuente: Clarín Rural