Cuando la cubana Mavys Álvarez comenzó su noviazgo con Diego Maradona tenía tan solo 16 años y, de la mano del astro del fútbol llegó a conocer a Fidel Castro. A 25 años de aquel momento, recordó aquel primer contacto con el entonces presidente cubano y reveló los pedidos que le hizo el jugador.A sus 41 años, Mavys dio una entrevista a América Tevé, el canal 41 de Miami, Estados Unidos, la cual se está dando a conocer en una serie de cuatro entregas. En la más reciente, la cubana reveló que la primera vez que habló con el mandatario fue porque necesitaban que él diera el visto bueno para que ella pudiera viajar a la Argentina para ver el partido homenaje que se hizo en la Bombonera, el 10 de noviembre de 2001, para despedir la carrera futbolística del Diez.“La única manera de viajar era con el permiso de los padres siendo alguien de por lo menos 18 años, o mediante Fidel”, comenzó narrando Mavys. Según contó, al momento de encontrarse con Fidel, Maradona tenía dos objetivos: por un lado, que permitiera que la menor viaje al partido, y por el otro, que “le vendiera una casa en Cuba, en La Habana o Varadero”.Mavys contó que Fidel le dio la autorización para viajar. “Mi mamá firmó y, supuestamente, mi papá también debía firmar (por tratarse de una menor de edad), pero Fidel dio su autorización y no hizo falta la firma de mi papá”, subrayó esta mujer que, en otra entrega de la entrevista, contó que cayó en un consumo excesivo de drogas y alcohol producto de su relación con el futbolista.Sumado a esto, y ante una pregunta del periodista, la cubana recordó una ocasión en la que Castro le “pasó el brazo por encima” y le remarcó a Maradona “cómo había conocido a una chica tan bonita”. Según el relato de Mavys, el argentino reaccionó quitándole el brazo. “Le dijo: ‘Bueno, bajando, bajando’, y Fidel se echó a reír”.Respecto de la casa, aclaró que “nunca conoció” la residencia que -se dice- Maradona tenía en Cuba, “ni conocía de su existencia”. “Pensé que no se la habían regalado porque Diego la quería comprar, no la quería regalada”, dijo, y aclaró que -pese a esto- Fidel insistía en regalársela.Más adelante, sostuvo que, hasta donde ella entiende, es cierto que Diego estaba monitoreado constantemente por la seguridad del estado cubano, al punto de que su chofer era “una persona que Fidel le había puesto para su cuidado”. Sobre eso, también dijo que este agente nunca intentó alejarla del futbolista, aunque ella era menor de edad.Además, consultada sobre los intereses políticos del jugador, dijo: “Es posible que le gustara un poco la política, pero no sé mucho respecto a eso”.
Fuente: La Nación