Los sucesos que sacuden a la humanidad provocan, entre muchas otras variables, movilidad. En esta línea, el periodista especializado en innovación Sebastián Campanario comentó que la pandemia mostró cómo un cambio sociocultural provoca un cambio disruptivo en la micromovilidad y trastoca los ritmos y medios utilizados para ir al trabajo. Y puso un ejemplo: “Una persona que va en tren al trabajo y ahora la última milla la hace en monopatín o bicicleta eléctrica”.También cuestionó la popularidad de los vehículos autónomos y puso el foco en que la movilidad “cambió más con el motor de combustión interna y con la electricidad” que con la digitalización. En pos del cuidado medioambiental, destacó el crecimiento de los vehículos eléctricos, que “están superando las expectativas y pronósticos de ventas y bajas de costos”, según comentó.El cambio también es atravesado desde el modelo de negocios, cuya incidencia en la movilidad se evidencia en “la pérdida del valor de ser propietario de un vehículo –como sucede con los millennials– o la creación de plataformas que permiten alquilar o ser dueños de una parte de un vehículo”, según el economista.Alejandro Repetto, fundador y CTO de Inipop, y diseñador de futuros certificado por el Institute for the Future (Chiara Malavolta/)Campanario habló también de la “atropellante carrera espacial” que se está dando en todo el mundo. “Este año hay más de 50 despegues como misiones a Marte no tripuladas y proyectos como el que busca desviar un asteroide que llegue a la Tierra. Hay iniciativas comerciales que ya tienen salida a la Bolsa de Estados Unidos”, comentó, y añadió: “Hay un interés económico concreto, una enorme cantidad de empresas privadas y decenas de países corriendo la carrera espacial por la baja exponencial de costos que tuvo esa industria. Hay empresarios de primera línea que tienen compañías de taxis aéreos o de turismo espacial, e incluso ellos mismos ya hicieron sus propios viajes”, se explayó.“Lo que vemos hoy en avances espaciales va a tener seguramente mucho impacto en tecnologías en la Tierra, por ejemplo, la exploración de Marte con los vehículos autónomos”, opinó.Coincidió en este punto Alejandro Repetto, diseñador de futuros certificado por el Institute for the Future, quien compartió que “se desarrollaron un montón de tecnologías en esa exploración” y que “a través de ello aprendemos, son lugares más seguros para probar”. El fundador y CTO de Inipop también anticipó cómo se tendrán que adaptar las ciudades a la automatización de los vehículos. Vaticinó que se potenciarán los transportes de cosas en lugar del de personas y que crecerá el carpooling, provocando una baja en la cantidad de autos por habitante. Imagina calles más chicas y plazas más grandes en urbanizaciones que deberán poder soportar la carga de energía eléctrica para los nuevos vehículos.“También deberá repensarse la industria. Si los autos son autónomos, no habrá tanta posibilidad de accidente. Hay que pensar qué pasará con los seguros y los garajes, por ejemplo, o con los chapistas, la pintura y el retoque. Hasta los pagos y la comercialización y los bancos”, cerró.
Fuente: La Nación