El cabello entrecano, el pullover liso de cuello redondo, el habla sosegada y los gestos serenos conforman un aspecto que invita a pensar antes en un profesor de colegio secundario o un agente de seguros que en un entrenador de fútbol de Primera División. Y sin embargo…Diego Flores, cordobés, 40 años, aterrizó sorpresivamente en tierras mendocinas hace tres semanas envuelto en el mismo silencio que lo despidió el día que partió hacia Europa, dispuesto a aprender y especializarse. Nadie podía suponer que en su manga escondía una carta, el as que amenaza con sacudir las estanterías del habitualmente amarrete fútbol argentino.“¡Borombombón, borombombón, es el equipo del traductor!”, cantaban eufóricos los jugadores de Godoy Cruz en la noche del miércoles. “La gran virtud de Diego Flores es que se ha construido a sí mismo”, le elogió Marcelo Bielsa el día siguiente. Los primeros acababan de eliminar a Racing en la Copa Argentina. El Loco elogiaba a quien fue uno de sus ayudantes en los cuerpos técnicos del Lille, el Olympique de Marsella y el Leeds United, y que entre otras cosas también se ocupaba de traducir sus siempre largas y muchas veces encriptadas respuestas en las conferencias de prensa.Diego Flores junto a Marcelo Bielsa, en Leeds. El entrenador rosarino eligió al actual técnico de Godoy Cruz (Archivo/)Su caso no es el primero que se conoce en el fútbol mundial. También José Mourinho compatibilizaba ambas tareas en sus comienzos en el Barcelona, aunque no se trate de casos comparables. El portugués traducía al español las órdenes de Bobby Robson, pero aprovechando el absoluto desconocimiento del idioma del entrenador inglés aportaba conceptos e ideas de su propias cosecha, hasta ganarse el respeto y la atención los jugadores. “No soy solo un traductor”, aclaró más de una vez el por entonces joven Mou.Flores nunca debió aclarar nada. Su esfuerzo estuvo dedicado a absorber frase a frase y ejercicio a ejercicio las enseñanzas, la filosofía y la total dedicación a su tarea que profesa el ex entrenador de la selección argentina. “La cultura del trabajo es la empatía más importante”, resaltó refiriéndose a Bielsa, después de la definición por penales ante la Academia. Eso, y el caudal de conocimientos adquiridos durante su formación son las armas que ha comenzado a esgrimir en Mendoza, en su debut como primer responsable de un plantel. Y como mínimo, ya consiguió que el fútbol local girara la cabeza para ver de qué se trata.Godoy Cruz se caracteriza por ser un club que rompe moldes apostando por entrenadores con poca experiencia. Diego Cocca, Jorge Almirón, Diego Dabove, Martín Palermo o Gabriel Heinze dieron sus primeros pasos en el vestuario del Tomba. Flores es, por ahora, el último eslabón de esa cadena y en su estreno ya está haciendo trizas otra ley no escrita, la que afirma que hace falta tiempo para dotar de identidad, estilo y eficacia a un equipo.El festejo de los jugadores de Godoy Cruz tras eliminar a Racing en la Copa Argentina (Fotobaires/)Cuatro goles a Gimnasia, otros cuatro a Aldosivi, un agónico 1-1 con Sarmiento con gol en offside incluido -”Aunque creamos diez ocasiones claras, solo que en ese partido no pudimos concretarlas”, aclara el protagonista-, y una actuación más que convincente ante Racing es la foja de servicios que presenta el técnico cordobés en apenas 22 días de gestión. Números suficientes para escapar del anonimato.En un fútbol tan cambiante e irregular como el nuestro resulta poco recomendable hacer pronósticos, pero nadie discute que el interés que despierta la propuesta que aporta Flores. Desde el minuto uno del partido ante el Lobo, Godoy Cruz dejó atrás cualquier postura timorata para desarrollar un juego que inevitablemente recuerda a Bielsa y que se vio con claridad en la media hora inicial del choque ante Racing.El conjunto mendocino se instaló en campo contrario en cuanto Fernando Rapallini sopló el silbato, se adueño de la pelota y no la soltó hasta más allá de los 30 minutos, cuando ya estaba 2-0 arriba. Para lograrlo, Godoy Cruz mostró un póker de argumentos basado en una presión intensa y ordenada sobre la salida rival que aumenta cuando el balón se desplaza hacia las bandas; un movimiento masivo de ida y vuelta según haya que avanzar o retroceder; un ataque lo más directo posible una vez que se produce la recuperación; y un circuito de pases a uno o dos toques que busca concentrar al rival en una franja del campo para sorprenderlo en inferioridad por el sector opuesto si toca desacomodar a un adversario que espera metido en su campo. Así descalabró a Racing durante un buen rato.#PrimeraDivisión ??? Estos son los convocados por Diego Flores para el encuentro ante @Independiente ?#VamosTomba ? pic.twitter.com/MiPeJBg0sW— Club Godoy Cruz (@ClubGodoyCruz) September 25, 2021¿Estamos en presencia de un equipazo que recuerda el fútbol inglés? No, tampoco es lógico apresurarse. A Flores y a Godoy Cruz le quedan varias materias por aprobar. El 3-3 final ante Racing después de aquel arranque brillante vale como explicación. La juventud de la mayoría de los jugadores suele ser sinónimo de vaivenes de rendimiento, incluso dentro de un mismo partido, la defensa no parece brindar seguridad, el efecto sorpresa no durará mucho tiempo más, y la jerarquía individual no es la misma que en la Premier, pero se nota el aire fresco que llega desde Mendoza.“La propuesta ofensiva no se negocia”, afirma el técnico bodeguero. “En un entrenador, el conocimiento es menos importante que la capacidad para convencer y ser obedecido”, dice Bielsa, su profesor, su espejo, el hombre que le mostró a Diego Flores la ruta. Independiente y el Libertadores de América serán este domingo la siguiente escala. Una excelente ocasión para comprobar hasta dónde aquel traductor del Loco puede seguir moviéndole el piso al timorato fútbol argentino.
Fuente: La Nación