GINEBRA (AP) — La Organización Mundial de la Salud dijo el miércoles que el impacto negativo para la salud de la mala calidad del aire se produce a niveles más bajos de lo que se pensaba. En su primera revisión de sus pautas sobre la calidad del aire en 15 años, estableció niveles más altos para los gobernantes y el público.La agencia de la ONU para la salud dio a conocer sus nuevas pautas para la calidad global del aire en momentos que el cambio climático es uno de los temas “calientes” en la Asamblea General de la ONU en Nueva York que se lleva a cabo esta semana. El presidente chino Xi Jinping anunció el martes que China dejará de financiar las usinas a carbón, que generan varios de los contaminantes mencionados en las pautas.Desde la última revisión de las recomendaciones de la OMS, los avances científicos y de monitoreo han aclarado el panorama global sobre los efectos de seis grandes contaminantes sobre la salud humana. El 90% de la población mundial vive en zonas donde existe al menos un contaminante particularmente dañino.Las revisiones también destacan otro aspecto, frecuentemente paralelo, de los problemas ambientales más allá de los que provocan el calentamiento global y el consumo de combustibles fósiles.Se calcula que la exposición al aire contaminado provoca 7 millones de muertes prematuras y afectan la salud de millones de personas. “Se reconoce que (el aire contaminado) es la mayor amenaza ambiental a la salud humana”, dijo la doctora Dorota Jarosinska, gerente de la OMS para los ambientes de vida y trabajo en Europa.La contaminación del aire es comparable a otros riesgos globales para la salud como la dieta no saludable y el tabaquismo.Las pautas, que no son vinculantes y cuya intención es servir de referencia a los autores de políticas públicas, grupos promotores y académicos reducen las concentraciones aconsejadas de seis contaminantes que se sabe afectan la salud: dos tipos de partículas conocidas como PM 2.5 y PM 10, así como el ozono, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el monóxido de carbono.
Fuente: La Nación