San salvador (ap) — el presidente nayib bukele cambió su perfil en twitter y se autodenominó “dictador de el salvador” en lo que algunos ven como un juego para ridiculizar a quienes lo señalan de autoritario y que sus opositores consideraron una actitud infantil.Bukele, que en el pasado ya había puesto en su perfil la foto de la película “Dictador”, sorprendió a sus 2,9 millones de seguidores en Twitter en medio de señalamientos de la oposición, grupos de la sociedad civil y organismos internacionales que lo acusan de atentar contra la independencia de poderes en la nación centroamericana.“Cambiar su perfil de Twitter para autodenominarse dictador de El Salvador es una conducta muy infantil del presidente de la república a la cual no creo que le debemos de dar mucha importancia. Muestra una profunda ignorancia y desprecio hacia nuestra historia sobre todo en el mes de nuestro bicentenario” de la independencia, dijo a The Associated Press el diputado Johnny Wright Sol, del partido Nuestro Tiempo.“Es parte de la estrategia del presidente… de tratar de ridiculizar los señalamientos que desde sociedad civil o de la oposición se le hacen”, agregó el abogado Eduardo Escobar de la organización no gubernamental Acción Ciudadana, un grupo especializado en controlaría social.La Casa Presidencial no respondió a una solicitud de comentarios de la AP.Bukele también arremetió contra la oposición y quienes, afirmó, la están financiando.“Dictadura dicen, quiero preguntar ¿cuál dictadura? ¿En qué sentido es una dictadura? ¿Cuándo ganamos muchos diputados? ¿O acaso los políticos no son supuestamente, y de acuerdo con nuestra constitución, representantes del pueblo”, dijo el mandatario en una cadena nacional de radio y televisión.Y agregó que “hemos visto cómo muchos gobiernos que nos acusan a nosotros reprimen a su población, les lanzan gases lacrimógenos, golpean, arrestan”.El mandatario aseguró que quienes marcharon en su contra el 15 de septiembre “fueron a luchar contra una dictadura que no existe y, sin embargo, hay muchos en la comunidad internacional que la siguen vendiendo. Muchos incluso viven en países que, si pudieran, serían dictaduras”.
Fuente: La Nación