Las autoridades de Corea del Sur planean poner en funcionamiento un misil balístico de lanzamiento submarino en torno a la segunda mitad del próximo año, según apunta la agencia de noticias surcoreana Yonhap.La semana pasada, el país ya desveló su primer misil de estas características al anunciar el exitoso lanzamiento de prueba desde el submarino Dosan Ahn Chang-ho de 3.000 toneladas.Corea del Sur se convirtió de esta forma en la séptima nación de todo el mundo que dispone de capacidades de operación de campo reales.”Se llevarán a cabo varias rondas de pruebas más para garantizar su fiabilidad. Tras concluir el desarrollo a principios del próximo año, comenzaremos la producción en masa en la primera mitad de 2022. Es probable que los misiles se desplieguen para operaciones reales a partir de la segunda mitad (del año)”, ha detallado una fuente del Gobierno a Yonhap.Por otro lado, otra fuente del Gobierno ha afirmado que el Ejército está trabajando para desplegar un total de 78 unidades en nueve submarinos, incluido el Dosan Ahn Chang-ho, en fases de acuerdo con el plan de adquisiciones del país.Corea del Sur está trabajando en un proyecto para construir dos submarinos más de estas mismas características de cara a 2023 y planea contar con otras seis unidades adicionales de una clase superior, que disponen de hasta diez tubos de lanzamiento de misiles.El año pasado, el Ministerio de Defensa dio a conocer un plan para desarrollar un submarino de próxima generación de 4.000 toneladas para incrementar las capacidades submarinas de la nación asiática.Este misil balístico de lanzamiento submarino, tiene un alcance máximo de vuelo de 800 kilómetros, aunque durante la prueba submarina de la semana pasada voló alrededor de 400 kilómetros antes de alcanzar un objetivo.El cohete estará equipado con ojivas convencionales, ya que Corea del Sur tiene prohibido utilizar armas nucleares. Las otras seis naciones que tienen disponen de este sistema de misiles –Estados Unidos, China, Reino Unido, Rusia, Francia e India– son potencias nucleares.

Fuente: La Nación

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