Por Mindy BurrowsLONDRES, 14 sep (Reuters) – Desde los guantes de boxeo de
“Rocky” hasta las cintas para el pelo de “Rambo”, los recuerdos
de la carrera en Hollywood de la estrella del cine de acción
Sylvester Stallone serán subastados en diciembre, en un evento
que se prevé recaude unos 1,5 millones de dólares.Se están vendiendo casi 500 artículos de los archivos
personales de Stallone, incluidos vestuario, accesorios,
guiones, cuadernos y otros recuerdos de las películas más
célebres del actor, incluidas las franquicias “Rocky” y “Rambo”,
“Cliffhanger”, “The expendables” y “Demolition man”.Entre los recuerdos destacados están los guantes de boxeo de
Stallone de “Rocky III”, que podrían venderse por entre 10.000 y
20.000 dólares, así como cuadernos escritos a mano de las
primeras cuatro películas de “Rocky”, con un precio de entre
40.000-60.000 dólares.A los fanáticos de “Rambo” se les ofrece una colección de
machetes de las tres primeras películas, por entre 10.000-20.000
dólares cada uno, así como la cinta de pelo usada por Stallone
en “Rambo: First Blood Part II” (8.000-10.000 dólares), entre
otros productos.”Es un tipo deportivo, eso es lo que representa, deportes y
trabajo duro, y la gente puede relacionarse con eso”, dijo a
Reuters Martin Nolan, director ejecutivo de Julien’s Auctions,
en una vista previa en Londres de los aspectos más destacados de
la subasta el martes.”Y es por eso que es tan coleccionable y, en realidad, la
gente ha tenido muy pocas oportunidades de poseer algo de su
vida y carrera hasta ahora”, agregó.Nacido en Nueva York en 1946, Stallone alcanzó la fama con
la película de boxeo ganadora del Oscar en 1976 “Rocky”,
convirtiéndose pronto en una de las estrellas de cine de acción
más importantes de Hollywood.Cuando se le preguntó por qué el actor de 75 años está
vendiendo los artículos, Nolan dijo: “En realidad se está
mudando, está vendiendo su casa, así que ese es el momento
perfecto para que cualquiera pueda reducir su tamaño”.
(Escrito por Marie-Louise Gumuchian
Editado en español por Carlos Serrano)
Fuente: La Nación