Horacio Rodríguez Larreta logró superar con éxito su debut como armador electoral y se alzó como uno de los grandes ganadores de las PASO que se celebraron ayer en todo el país. Con el triunfo aplastante de María Eugenia Vidal en la Capital y el batacazo de la coalición opositora en la provincia de Buenos Aires, bastión del kirchnerismo, donde Diego Santilli venció con comodidad al radical Facundo Manes, el jefe porteño salió fortalecido de la feroz interna por el liderazgo opositor. Sin ser candidato, Larreta dio ayer un paso hacia adelante en su carrera hacia su principal objetivo: la Casa Rosada.“Tremendo”, repetía, incrédulo, uno de los colaboradores más cercanos de Larreta desde el vip del búnker de Costa Salguero. Ni los cálculos más optimistas ni las proyecciones más auspiciosas de las encuestas auguraban un triunfo de Juntos sobre el Frente de Todos en el distrito más poblado del país. En la cúpula del gobierno porteño, lectores obsesivos de los sondeos, estaban convencidos de que Santilli, el delfín de Larreta en Buenos Aires, iba a doblegar a Manes sin inconvenientes. Pero entendían que perder por seis o siete puntos en la provincia sobre Victoria Tolosa Paz, la postulante del oficialismo, iba a ser una buena elección de la fuerza. Nadie imaginó que anoche festejarían un triunfo en el epicentro de la batalla electoral con el Gobierno.“No lo esperábamos”, reconoce uno de los armadores de Larreta. Es más, envalentonados, creen que la diferencia de cinco puntos que le sacó Juntos al kirchnerismo (38% a 33%) podría ampliarse en las elecciones generales de noviembre por el “voto útil” y una eventual suba en el nivel de participación.Después de que se conocieron los primeros resultados del escrutinio provisorio reinaba un clima de euforia en el salón reservado para funcionarios, referentes de JxC y candidatos del espacio. Quienes abordaron a Larreta, que en el VIP se fundió en un abrazo con Vidal, su socia más cercana, lo notaron satisfecho con la performance de Santilli, su gran apuesta electoral apenas se confirmaron los datos que llegaban de las mesas testigos. Escrutadas el 98% de las mesas, el exvicejefe porteño doblegaba a Manes, el retador de la UCR en la interna de Juntos en Buenos Aires, con el 60% de los votos. En su primera experiencia política, el neurocirujano -que aún conserva sus resquemores con Larreta por la campaña- le aportó a la alianza un 15% de los sufragios.Larreta también lucía aliviado por el aplastante triunfo de Vidal en la Capital: la exgobernadora bonaerense se alzó con el 32% de los votos –en la interna cosechó el 68% y, como se esperaba, superó a Ricardo López Murphy (23%) y Adolfo Rubinstein (8%)- y le sacó ocho puntos de diferencia a Leandro Santoro (Frente de Todos).En el equipo de campaña de Vidal, a cargo de Fernando Straface, valoraban esa diferencia. Es que en los días previos a la elección había temor de que un buen desempeño del postulante kirchnerista dejara al FDT en un virtual empate con los números de Vidal. Nada de eso ocurrió.Bajo perfilSi bien nadie ocultaba el entusiasmo, Larreta, un administrador de conflictos, optó por el bajo perfil en su noche: evitó hablar en el búnker de JxC y optó por darles protagonismo a Vidal y Santilli, sus cartas electorales. De esa forma, buscó enviar un mensaje interno a sus retadores y cuidar la unidad de la fuerza. “No lo leemos como el lanzamiento presidencial de Horacio. Lo importante es fortalecer a JxC en el Congreso”, remarcaba uno de sus estrategas.En el búnker de Costa Salguero estuvieron presentes el expresidente Mauricio Macri y la titular de Pro, Patricia Bullrich, quienes también jugaron sus fichas en las PASO.“Mauricio está exultante”, dijo uno de los allegados del expresidente apenas difundieron los datos del recuento de votos. En el entorno del fundador de Pro no solo destacaban la gran elección de JxC sino la señal de unidad que dio el espacio al cierre de la jornada electoral, sobre todo, en los 17 distritos donde hubo internas.Sus laderos también relativizan el costo del traspié de Gustavo Santos, el candidato de Macri, en la interna cordobesa: “Córdoba es de Mauricio”, apuntaban.Los alfiles de Bullrich, que se abocó a fortalecer su perfil presidencial durante la campaña para las PASO, pusieron el foco en la performance de JxC en las ocho provincias donde se votan senadores: “La elección se nacionalizó. Ahora hay que sacarle el quórum a Cristina”. Fue una forma de eludir una lectura sobre el éxito de Larreta.Apuesta ganadoraEl jefe de gobierno porteño era el referente de JxC que más capital político arriesgaba en las primarias. Antes del cierre de listas movió sus piezas para dar muestras nítidas de liderazgo e imponer su táctica electoral en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires.Después de lograr el corrimiento de Macri, Larreta pudo doblegar la resistencia de sus contrincantes internos en Pro, desde Bullrich hasta Jorge Macri, para imponer a Vidal y Santilli como candidatos en la Capital (baluarte del macrismo desde hace 14 años) y en la provincia.“Las dos apuestas que hizo Larreta fueron acertadas y hoy tenemos resultados positivos. Pero como dice Horacio: ‘Paso a paso’”, evaluó uno de los laderos del alcalde.Larreta siempre estuvo convencido de que el triunfo de Vidal y Santilli era la hipótesis más probable. Y defendía su jugada con los números de las encuestas. “Yo tomo decisiones basado en las evidencias”, repetía antes sus interlocutores.El alcalde también necesitaba que Vidal obtuviera una victoria en la Capital sin sufrir sobresaltos ni fugas de votos hacia los libertarios. Es que una experiencia fallida de Vidal en su vuelta a la Capital, tras su aventura en Buenos Aires, hubiera fortalecido a Bullrich, quien desafía a Larreta en la puja de poder por el liderazgo opositor.
Fuente: La Nación