Desde chica, Adriana Ugarte tenía un gran sueño: ser actriz. “Solo me dijeron que fuera despacio, que estudiara teatro mientras iba al cole. La premisa era estudiar”, recordó quien siguiendo el consejo de sus padres compaginó sus clases de interpretación y danza con la carrera de Filosofía.Dicen que con constancia, disciplina y esfuerzo los sueños se cumplen y Ugarte parece ser un claro ejemplo de ello. Hoy, a sus 36 años, esta española de sonrisa hipnótica es considerada una de las mejores actrices de su generación y la dificultad para encontrar un hueco libre en su agenda es prueba de ello.Qué es de la vida de Agustina Posse, la protagonista de Montaña rusa, otra vueltaA sus espaldas, más de una veintena de títulos dan muestra de su magnetismo y versatilidad a la hora de encarnar cada rol. Uno de los más recordados es el de Sira Quiroga en El tiempo entre costuras, la adaptación televisiva del best seller de María Dueñas. Definitivamente, este papel -para el que se inspiró en su abuela (“la costurera de mi vida”, según reconoció)- hizo que todos comenzaran a hablar de ella, hasta el propio Pedro Almodóvar que tiempo después la eligió como una de “sus chicas” para protagonizar Julieta.Emma Suárez y Adriana Ugarte escoltan al director en la presentación de su filmNo pasó mucho tiempo para que su nombre traspasara las fronteras y se volviera cada vez más popular. Palmeras en la nieve, Durante la tormenta y Hache (la serie donde le da vida a una prostituta que termina involucrada con el narcotráfico) le abrieron las puertas de un mercado internacional con fanáticos y seguidores en todo el mundo.Dueña de un carisma y talento innegable, esta madrileña ha demostrado que no tiene techo y que puede brillar tanto en papeles de época como en aquellos que proponen temas más polémicos y controversiales en la sociedad. Tal es el caso de Parot, la serie española que acaba de estrenarse en Latinoamérica por Paramount+, y donde Ugarte se pone en la piel de la oficial Isabel Mora, una policía con un pasado que la atormenta y un presente que la inquieta.“Este thriller está contextualizado en la España de 2013 cuando ocurre la derogación de la Doctrina Parot y un centenar de asesinos, terroristas y violadores son liberados antes de que cumplan sus condenas. La historia comienza cuando estos presos empiezan a ser asesinados de la misma forma que lo fueron sus víctimas”, le reveló a LA NACION quien, a lo largo de estos 10 capítulos, tendrá una doble tarea: atrapar a quien está detrás de estos crímenes y enfrentarse a su propio violador, que acaba de ser liberado entre estos delincuentes.-¿Qué fue lo que más te atrapó de este proyecto?-Parot tiene tres cosas que son esenciales para mí a la hora de involucrarme en un proyecto: los guiones (que me parecen muy potentes), quienes los dirigen (nunca había trabajado con Pilar Nadal, Rafa Montesinos y Gustavo Ron pero había visto varias cosas suyas) y el reparto (con los que al final terminas de crear tu personaje). Esos tres elementos me llamaban a sumergirme en esta historia que, a su vez, reúne temas controvertidos como la violencia de género, la reinserción de los presos en la sociedad y las crisis agudas de ansiedad. Creo que la serie pone sobre la mesa distintos puntos de debate, profundiza en cada perspectiva y deja la puerta abierta para que cada uno se posicione, sin darle una lección de vida a nadie y eso me parecía muy interesante.-Hablemos de tu personaje y la ambigüedad que lo atraviesa. Por un lado, intentará hacer justicia y por otro, esconder que ella también es una de esas víctimas…-Esa ambigüedad es sumamente interesante. Isabel Mora es la policía que intentará descubrir quién está detrás de todos estos asesinatos. Externamente, se muestra fría, autosuficiente y soberbia, pero por dentro está dolida y es incapaz de hablar de su trauma, producto de una violación que sufrió cuando era adolescente por parte de uno de estos presos que liberan. El personaje estaba planteado con muchas capas, que a mí me resultaron muy atractivas.Isabel Mora deberá descubrir quién está detrás de los asesinatos de presos, en Parot (Manuel Fiestas Moreno/)-¿Te basaste en testimonios reales a la hora de construirlo?-Por supuesto que me documenté. Durante todo el rodaje, vi muchas entrevistas de mujeres que han sido abusadas físicamente, todas me interesaban y enriquecían el camino. En esa investigación, traté de sacar un común denominador entre distintos países, edades y épocas, y la vergüenza, la culpabilidad, el miedo y la necesidad de negar lo sucedido eran un elemento bastante común. Y este último punto me interesó para definir a Isabel, que piensa que negando el dolor y el trauma puede vivir más feliz. Sin embargo, a la larga no es lo más recomendable porque eso se transforma en una crisis de ansiedad que va a sufrir este personaje durante toda la serie. Curiosamente, cuando estás conectada con este tipo de historias empiezan a aparecer muchas cosas que uno por ahí tenía ocultas, te volvés más perceptiva.-¿A qué te referís? ¿Alguna vez sufriste alguna situación parecida?-No, pero me sirvió para preguntarme qué situaciones en mi vida habían sido irregulares. Yo afortunadamente no he sufrido una violación, pero sí he sufrido situaciones de abuso de poder por parte de la otra persona y no tendrían que haber sucedido y seguramente pasó porque soy mujer, si hubiera sido hombre no me hubiera pasado. Entonces esto te hace replantearte también tu biografía y cuántas situaciones pasaste por alto que dijiste “son bromas”, “es un desliz”, y en realidad no tiene por qué ser así. Me fastidia, me duele, así que estoy alerta, atenta. Por suerte, vivimos en un contexto que se está creando un escenario para poder hablar de estos temas sin que sean un tabú.-¿Qué esperás que pase con esta serie?-Creo que todos los que somos intérpretes queremos que nuestros proyectos, en mayor o en menor medida, produzcan cambios, que generen impacto en la realidad. Que la ficción no se quede solo en una especie de burbuja flotando en el aire sino que sirva para generar cambios sociales o para generar cambios personales. Que te haga replantearte acerca de tu propia existencia o sobre cómo llevas tus propios traumas, para mí eso ya es un impacto social. Me encantaría que eso suceda.En la serie, Isabel Mora deberá enfrentarse a su violador que es liberado por la anulación de la doctrina Parot (Manuel Fiestas Moreno/)-Parot habla de la violencia machista, el abuso, la reinserción de los presos en la sociedad, ¿se siente un mayor riesgo o compromiso a la hora de abordar estos temas?-Definitivamente. Mi personaje además de haber sido abusado está en el día a día lidiando con crisis constantes de ansiedad, un tema que acá en España hoy sigue siendo tabú. Por ejemplo, en la Argentina hablan de ir al psicoanalista o al terapeuta desde hace muchísimos años, aquí en España todavía no lo decimos tranquilamente. Es como que está mal, estás loco en cambio allá el que no va a terapia es un irresponsable (risas). En definitiva, son cosas que nos pasan a todo el mundo, pero aquí se silencian. Por eso para mí era un reto trabajar en un personaje así. Mostrar un poco el día a día de una persona así, tratar los traumas, el tema de medicación sí o medicación no a la hora de tratar la ansiedad.-¿Hacés terapia?-Sí, claro. La terapia me ayuda mucho a salir de los personajes, a recoger lo que haya sido útil y decirle no a lo que no soy yo. En este caso, fue un gran trabajo diario para despegarme de esa ansiedad que no era la mía.-¿Eso fue lo más difícil de interpretar a Isabel?-Creo que sí, porque es un personaje que por su dolor me llevaba constantemente al desgarro y a la emocionalidad externa. Por eso me pareció importante contenerla, trabajar una cara más fría y más hermética en vez de estar tan a flor de piel.Debido a los traumas no resueltos del pasado, la oficial Mora deberá lidiar con crisis de ansiedad constantes (Manuel Fiestas Moreno/)-Con el paso del tiempo, te vimos encarnar personajes cada vez más comprometidos… ¿Qué tiene que tener un proyecto para que digas que sí?-En mi caso, el guion es sumamente importante. Creo que es importante que vibres con la manera de contar una historia, que estés cómodo en cómo se transmite, que la manera de llegar al espectador sea clara y honesta. Si ves que el guion no plasma de una manera rigurosa lo que pasó o ves que quiere manipular al espectador y tú no estás de acuerdo con esa estrategia es mejor que no formes parte del proyecto y que no te involucres. Ya vendrá algo mejor.-¿Hacia dónde te gustaría ir con tu carrera?-Me gustaría caminar hacia personajes más desnudos. Si de repente el día de mañana me proponen un papel sumamente superficial, pero que con esa banalidad está tapando un dolor extremo me parece súper interesante. Me gustaría trabajar con directores que estén muy decididos a explorar en la profundidad de ese ser, sea cual sea el personaje.¿Te ves dirigiendo en algún momento?-Me encantaría, pero me da mucho miedo. Dirigir es muy heavy (risas).
Fuente: La Nación