Su nombre es Hugo Pereira. Estaba preso en una cárcel de Uruguay pero escapó. El 14 de agosto aprovechó una pequeña zanja debajo de uno de los alambrados, atravesó tres vallados, salió a la ruta y se tomó un taxi. Doce días después de su fuga, cuando su idea era huir a la Argentina, fue capturado en un bar de Montevideo, según él, por culpa de alguien que lo traicionó.La trama la contó él mismo a su abogado, Santiago González, tras ser encontrado por los policías en el Bar Las Palmas de la capital uruguaya, según informó El País de Uruguay. Ante él aseguró que no necesitó de ninguna ayuda para escaparse de la penitenciaria exComcar, que le bastó analizar a lo largo de un mes entero cada centímetro del alambrado perimetral de las instalaciones que daban a la Ruta 1, por el que se puede ver a lo lejos el pueblo Santiago Vázquez.“Él vio que había un pequeño zanjón por el que pasaba un perro, dijo que lo planificó para un día de niebla y que se fue por allí”, expresó el abogado de Pereira. Así fue cómo pudo fugarse. El siguiente paso de su plan era viajar a la Argentina, donde tiene familiares. Sin embargo nunca llegó.Por sospecha de lavado de dinero, la hija de Moyano debe entregar a la Justicia millones de dólaresEl hombre se había contactado con unos conocidos que lo trasladarían en una embarcación hacia la otra orilla del Río de la Plata pero no pudo concretar la fuga debido a que, de acuerdo a su versión en la indagatoria frente a los investigadores, esas mismas personas que iban a ayudarlo lo traicionaron. Fue el 26 de agosto que la Policía lo encontró en el Bar Las Palmas. Hacía más de una semana que pensaba que había encontrado la libertad.La huidaMuchos se preguntan cómo un recluso podría haberse fugado de una cárcel con triple vallado y fuerte custodia. En un principio se decía que había salido por la puerta principal, con ayuda de alguien de dentro de la cárcel. No obstante, en la indagatoria, Pereira aseguró que usó solo su ingenio. De esa forma dejó al descubierto la falta de mantenimiento de la penitenciaria uruguaya, según se explicó El País.La huida, ese 14 de agosto, ocurrió cuando cerca de las 19:30 una densa niebla rodeaba el establecimiento. Pereira dijo que en ese momento se dio cuenta que ya podía cumplir su plan. Terminó de servir la cena para el personal jerárquico en el “casino de oficiales”, lugar en el que según los investigadores también él solía comer, y se acercó al alambrado, a unos 600 metros de la ruta.Victoria Tolosa Paz se manifestó en contra de una ley de “ficha limpia” para los condenados por corrupciónFue entonces que se deslizó por una pequeña canaleta natural de lo que fue un cauce de agua que estaba seco. Pasó el alambrado y siguiendo ese rumbo, gracias a la hendidura en la tierra que hacían los perros para pasar de un lado a otro, pasó el resto de los vallados. Pereira dijo que a unos 50 metros del lugar había un soldado en una garita pero que no logró verlo por la neblina.El prófugo tenía una muda de ropa consigo, se cambió y descartó las prendas con tierra. Luego explicó que llegó a la ruta y se tomó un taxi.La investigaciónSegún trascendió, los investigadores se dispusieron a constatar los dichos del recluso. Por su parte técnicos de la Policía Científica encontraron la ropa, que es analizada para corroborar si le pertenece. Además, los policías se dirigieron al segundo vallado y pudieron verificar que estaba roto y asimismo observaron que el alambrado, bajo la jurisdicción del Ministerio de Defensa, había sido reparado. Ahora se investiga ahora si usó herramientas para cruzar fuera de la cárcel.Misterio en Colegiales: la familia de una estudiante pide que investiguen su muerte como un homicidioPereira vivió 30 años en la Argentina y aquí fue procesado tres veces por delitos ocurridos entre 1992 y 1994. Aquí estuvo preso por robo calificado por escalamiento, asociación ilícita y privación ilegítima de libertad.En tanto, en Uruguay realizó hurtos mediante boquetes y su último procesamiento fue en 2020 por suministro de drogas. Por esta causa se encontraba en la penitenciaria exComcar.
Fuente: La Nación