Viene siendo la postal infaltable de las manifestaciones del grupo ambientalista Extinction Rebellion: primer plano de los pies –calzados o no– de un activista al que las fuerzas policiales llevan en andas. La imagen puede resultar curiosa, incluso bizarra en su obstinada repetición; lo que ocurre tras ella es otra cosa. Basta escuchar el último grito de guerra de los Extinction: “¿A qué esperan?”. Porque ahí no hay broma ni gracia ni consumo irónico, sino algo más bien parecido a la desesperación. Tras el último informe de la ONU sobre el clima y con miras a la a cumbre climática COP26 en la ciudad escocesa de Glasgow, el activismo ambiental se puede permitir el lujo de esgrimir consignas cada vez más escuetas. “¿A qué esperan?” dicen los que son detenidos en las calles de Londres y todos sabemos de qué hablan, a quiénes se dirigen y con qué cinismo son escuchados.
Fuente: La Nación