El cierre de listas le sirvió a Horacio Rodríguez Larreta para confirmar lo que hasta ese momento era una presunción. La similitud entre los intendentes de Pro y los del PJ. El jefe de gobierno porteño y su candidato en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, recelan de la unidad sellada con el radicalismo para evitar disputas por cargos locales en algunos distritos con la excusa de evitar situaciones que puedan ocasionar complicaciones a sus gobiernos. Tampoco los satisfizo que hayan privilegiado la inclusión de delegados personales en la lista de candidatos a legisladores provinciales.Una exigencia que aceptaron a disgusto. Tal vez por eso la semejanza adquiere mayor nitidez y hasta podría representar una curiosa reivindicación de Cristina. La vicepresidenta detesta a los denominados “barones del conurbano”. Entre otras razones, por las discretas visitas que realizan al edificio del gobierno porteño en la calle Uspallata con el pretexto de apreciar su deslumbrante arquitectura. A los dirigentes peronistas asimilados a Pro que tienen despacho allí no los sorprende el comportamiento de sus intendentes.Explican ese fenómeno con una didáctica por ahora inigualable: necesitan garantizarse un voto propio en la Legislatura bonaerense ante la eventualidad de precisar un salvoconducto que los exima de trastornos con el Tribunal de Cuentas. Resulta extraño. María Eugenia Vidal cubrió las cuatro vocalías vacantes en ese organismo en su gobierno. La designación del ex-CEO de Codere Juan Pablo Peredo y de Daniel Chillo premió la virtud democrática de Martín Insaurralde y Sergio Massa.El intendente de Lomas de Zamora y el actual titular de la Cámara de Diputados fueron fluidos aliados parlamentarios de Vidal. Los otros dos lugares fueron cubiertos por Gustavo Diez y Ariel Pietronave, de Pro. El entonces oficialismo tuvo que compensar a los intendentes propios. A Pietronave lo propuso Néstor Grindetti. El intendente de Lanús y el de La Plata, Julio Garro, resolvieron competir con la UCR en sus municipios. Apuestan a una victoria significativa en las PASO que los posicione para disputar la candidatura a gobernador.Diego Valenzuela y Jorge Macri eligieron compartir listas a concejales y consejeros escolares con el radicalismo. Una concordancia que no seduce al gobierno porteño. El caso de Tres de Febrero tiene otra peculiaridad. Después de las elecciones podría contar con dos senadoras provinciales: Daniela Reich, la esposa de Valenzuela, que va por su reelección en el segundo lugar de la lista que encabeza Cristian Gribaudo en la primera sección, y Ayelén Bertón.La directora de Derechos Humanos de Valenzuela ocupa la misma posición en la lista que Joaquín de la Torre lidera en la UCR. Bertón responde al exvicegobernador Daniel Salvador. Es probable que las dos sean elegidas. En los comicios generales, se disputarán ocho senadores con el Frente de Todos. Además de la aparente sana convivencia en el seno de la coalición, esta experiencia explica por qué los intendentes de Pro deseaban a Facundo Manes como candidato de unidad.A diferencia de ellos, el neurocientífico no tiene depositada su expectativa electoral en la provincia de Buenos Aires. Pero sí el radicalismo: a pesar de su vasta tradición laica, ruega para que Jorge Macri siga diferenciándose de Santilli. El intendente de Vicente López preside Pro bonaerense. Sin embargo, fue excluido de la mesa de campaña que conforman Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo, Valenzuela, Garro y Grindetti. Macri ubicó a Cristian Gribaudo al tope de la lista en la primera sección.Un gesto que supera en audacia al de Valenzuela. No solo por la extracción radical del excandidato a presidente de Boca Juniors. También porque pertenece al núcleo más íntimo de Daniel Angelici. Lo que alimenta una serie de rumores. El más frecuente es que Macri se garantizaría la colaboración de Angelici en su campaña a gobernador con el gesto que le hizo a Gribaudo. Probablemente a instancias de lo que parece ser un mito infundado en la pandemia: la abundancia de la rotulada industria del juego, una de las más perjudicadas por los cierres de actividades.Algo que sin embargo no afectó el poder de negociación de Javier Martínez en la segunda sección. El intendente de Pergamino se quedó con el segundo lugar de la lista de diputados para la concejala (Pro) Paola Bustos e incluyó a Andrés Oriolo, Lucía Braccia y Mara Kolberg, funcionaria del municipio de Ramallo, que conduce el intendente Walter Santalla. Angelici comparte con Daniel Mautone la propiedad de bingos en Pergamino, Ramallo y Maipú.La condición de aliado incómodo de Martín Lousteau es otra constatación del cierre de listas. El gobierno porteño cree que su política de alianzas en la UCR tiende a aislarlo. Es decir, el efecto contrario al deseado para disputar a fin de año la presidencia del comité nacional. Por propiedad transitiva, podría acarrear dificultades a la candidatura presidencial de Rodríguez Larreta. La provincia de Buenos Aires es una excepción. Lousteau consiguió posicionar candidatos propios en la lista de Manes. Es decir, la que enfrenta a Santilli.Lo llamativo es que lo hizo tras romper con Gustavo Posse, su aliado en la interna contra el neurocientífico. El intendente de San Isidro se alió ahora con Santilli. Danya Tavela, Elsa Llenderrozas y Pablo Domenechini representan a Lousteau en la lista de Manes. O, para ser más precisos, a Emiliano Yacobitti. El hombre fuerte de Enrique “Coti” Nosiglia en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tavela y Llenderrozas ocupan el segundo y sexto lugar entre los candidatos a diputados nacionales. Domenechini es el primero en la de diputados provinciales en la tercera sección.Tavela es vicerrectora de la Universidad del Nordeste (Unnoba), Llenderrozas dirige la carrera de Ciencia Política de la UBA. Domenechini es rector de la Universidad de Almirante Brown (UNAB). Las casas de estudios se convirtieron en el refugio del radicalismo desde la crisis de 2001. Desde allí se observa a Emilio Monzó, tercero en la lista de diputados nacionales. En especial, por el desarrollo de una habilidad que definen como el arte de volverse imprescindible para resolver los problemas que él mismo provocaría.Un know how que lo convierte en virtual jefe de campaña de Manes. Una obligación que no le impediría cumplir con otras desde Symponía, la consultora política que comparte con Rogelio Frigerio y Nicolás Massot y tiene como cliente al gobierno porteño. Además de integrar el directorio del Banco Ciudad, Massot es candidato a concejal de Manes en Tigre, donde Massa hizo un acuerdo electoral con el intendente Julio Zamora. Una tregua en la disputa por la sucesión del poder municipal en 2023. Zamora no tiene reelección.Massa desea que lo suceda Malena Galmarini, su esposa. Lo mismo quiere Zamora para la suya, Gisella, que será reelegida concejal. Una disputa detrás de la que está la impugnación de Juan José Cervetto contra Segundo Cernadas (Pro) para que no pueda ser reelegido en ese cargo. Cervetto es candidato a concejal de Avanza Libertad, el partido de José Luis Espert.Antes fue funcionario en Tigre. Cernadas también quiere ser intendente. ¿Cervetto le hizo saber a Cernadas que el autor intelectual de la denuncia es Massa? Habladurías de pago chico. Más enigmática que esta compleja trama es la opinión sobre el papel en ella de los intendentes de Pro. No sé, fue su reflexión.
Fuente: La Nación