La arquitecta quería fundir la obra con la naturaleza y evitar caer en la imagen perfecta, de computadora. La dueña de casa se identifica con el wabi-sabi, el concepto estético japonés que se basa en la belleza de la imperfección. Así, con voluntades alineadas, en 2015 Bárbara Berson construyó esta vivienda para la familia de la artista y diseñadora Constanza Tassara en Los Cardales.El tanque de agua se cubrió con varas de lapacho, la misma madera que reviste algunos sectores del exterior de la casa. (Javier Agustín Rojas/)A todas las chapas se les puso agua con sal para oxidarlas, y luego se pintaron con laca para frenar el proceso. (Javier Agustín Rojas/)La casa tiene una infinidad de filtros de luz. Los cerramientos de chapa oxidada se cubrieron con laca, y el metal se plegó para conseguir resistencia. (Javier Agustín Rojas/)Al igual que su mujer, Nicolás también quería apertura. “Pidió espacialidad y que los ambientes estuvieran integrados, poder sentirse afuera en todas partes a través de los pasillos de vidrio”, agrega Constanza.La chapa perforada es el elemento favorito de la dueña de casa. (Javier Agustín Rojas/)Costa Esmeralda. De hormigón, la casa que se eleva en un bosque que se mantuvo intactoPiso exterior de mármol Travertino a la veta (United Stone). Todas las aberturas y los elementos de madera exterior fueron hechos a medida con lapacho y protegidos con Cetol. (Javier Agustín Rojas/)Poco elementos con muchas funcionesMueble en petiribí (Arq. Bárbara Berson). (Javier Agustín Rojas/)Solo madera, hormigón y chapa: los tres materiales nobles se pusieron a disposición de la luz y de la vegetación para construir la identidad del hogar.Mesa de comedor con tapa de Betrox, un cemento muy liviano para mobiliario, hecha a medida con refuerzos en hierro. Juego de sillas de ratán (Estilo Rattan). (Javier Agustín Rojas/)Una cocina que se llena de verdeAlacena sobre isla y bajomesada en petiribí (Arq. Bárbara Berson). Mesada de Silestone ‘Tigris Sand’. Grifería doble comando ‘Libby’ (FV). (Javier Agustín Rojas/)Unidos al entorno. La vida en una casa premiada del Boating Club de San IsidroEstantería sin fondo en petiribí (Arq. Bárbara Berson). (Javier Agustín Rojas/)De madera, hormigón y chapaSillón de goiabao hecho a medida (Natalia Blanco para Estudio Haiku). Mesa ratona en petiribí y chimenea revestida con la misma chapa que aparece en la fachada (Arq. Bárbara Berson). Cortinas (Estudio Haiku). Lámparas colgantes (Issei BA). (Javier Agustín Rojas/)Las paredes interiores y el cielo raso se revistieron en petiribí enchapado y se trataron con laca. (Javier Agustín Rojas/)Espacio de trabajo súper luminosoEscritorio diseñado por Bárbara Berson con lámpara de hierro (Easy) y silla ‘Wishbone’. Sobre la alfombra de ratán, revistero de hierro macizo que la dueña de casa heredó de su abuelo. (Javier Agustín Rojas/)Las hendijas sirven para atemperar la entrada del sol sin interrumpir las visuales ni quitar luminosidad.La arquitecta pensó el proyecto en dos bloques horizontales y alargados, que pudieran contrastar con el carácter vertical de las coníferas y, así, destacar su protagonismo. (Javier Agustín Rojas/)En la terraza, el proyecto de paisajismo estuvo a cargo del ingeniero Fernando González y fue ejecutado por el estudio Lissa-Furfaro.Dormitorios minimalistasEn la suite principal, respaldo de cama en madera, ropa blanca teñida a mano, banco y cortinas (Natalia Blanco para Estudio Haiku). Lámparas (Landmark). (Javier Agustín Rojas/)A puro verde. Una casa de campo que toma lo mejor de la tradición catalanaAlfombra ‘Flokati’ (Bazhars). Espejos circulares (Compañía Nativa). (Javier Agustín Rojas/)Cama de madera en goiabao, acolchado y cortinas (Natalia Blanco para Estudio Haiku). Placares y puertas interiores en petiribí (Arq. Bárbara Berson). (Javier Agustín Rojas/)Sobre los placares, se dejó previsto el espacio para colocar los aires acondicionados a futuro, sin interrumpir el diseño. (Javier Agustín Rojas/)Asesorada por un arborista, la arquitecta proyectó una losa de hormigón sobre vigas invertidas para elevar la casa de modo que las raíces de las coníferas pudieran crecer sin perjudicar los pisos. (Javier Agustín Rojas/)Donde el sol reinaLa reja de la pileta se hizo con varas que se pierden entre las plantas. Cumple con el reglamento del barrio y sigue la línea orgánica del proyecto. (Javier Agustín Rojas/)Como el frente da al norte, la construcción se pensó chata para que el sol pudiera llegar al fondo del terreno. Todos los ambientes están en la planta baja, menos el estudio con terraza, donde prosperan especies que no piden sombra.Los tres árboles que tenía el terreno se incluyeron dentro de la obra y, así, el jardín quedó despejado para alojar la pileta y conectarse con la galería semicubierta. (Javier Agustín Rojas/)

Fuente: La Nación

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