Si bien disminuyeron los contagios del coronavirus Covid-19 sigue alta la transmisión de la enfermedad. Y aunque se relajasen algunas medidas de prevención, siguen vigentes las restricciones para reuniones masivas. Eso no pareció importar a quienes concurrieron a un bar ubicado en Venezuela al 500, en el barrio porteño de Monserrat. Cuando la Agencia Gubernamental de Control y la Policía de la Ciudad apagaron la música, contabilizaron 216 asistentes.Fue una de las fiestas clandestinas más importantes detectadas en la ciudad. Pero no fue el único caso en el que en las últimas horas se ignoraron las medidas de protección personal básicas para evitar la propagación de la enfermedad que ya causó más de 98.000 muertes en nuestro país. Los operativos fueron realizados por la Policía de la Ciudad y la Agencia Gubernamental de Control (Policía de la Ciudad/)Las autoridades porteñas informaron que otro evento masivo fue descubierto en otro local comercial del barrio de San Telmo. En un bar ubicado en San Lorenzo al 300 la música y las luces permitían saber a todo el vecindario que se desarrollaba una fiesta allí, donde 126 personas se amontonaban en un espacio habilitado para 25, según detallaron en la Policía de la Ciudad.ADN del crimen: Mandioca, el adolescente que no podía dejar de matar en el conurbano“Los hechos ocurrieron durante la madrugada a partir de distintos recorridos de control conjuntos realizados por efectivos de la División Operaciones Especiales Requeridas por el Ministerio Público, del Departamento Contravenciones y Faltas”, se informó en un comunicado.En un bar habilitado para 25 personas se contabilizaron 126 asistentes (Policía de la Ciudad/)Ambos lugares fueron clausurados y se decomisaron mesas, sillas y los elementos de luces y sonidos para evitar la repetición de esos episodios, que ahora son analizados por la fiscalía penal, contravencional y de faltas N° 11. Los dueños fueron imputados por la infracción a los artículos 205 y 239 del Código Penal. Una situación similar ocurrió en el barrio de Palermo, donde las autoridades porteñas clausuraron un café que funcionaba en Nicaragua al 4400 fuera del horario permitido.
Fuente: La Nación