El hall es el centro neurálgico de la casa. En medio del piso de roble ahumado, un óvalo de mármol reitera la forma de la claraboya que ilumina todos los ambientes. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)“Usamos materiales nobles (como la madera del hall oval) y colores neutros (salvo en el comedor y en el dormitorio principal) para que las obras pudieran expresarse y ‘dialogar’ entre ellas”, dice el arquitecto e historiador del arte Didier Benderli sobre el trabajo de su estudio en este departamento vienés.Didier Benderli es el fundador y director de Kerylos Intérieurs. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)El arquitecto rambién reconoce que, más allá de toda racionalidad, existe en su gusto la huella indeleble de sus años de trabajo y formación en Brasil, adonde fue al terminar sus estudios. “Me impresionó muchísimo ese país: su energía, su espontaneidad, cierto frenesí. Eso y emplear los materiales naturales disponibles allí influenciaron mi estilo”.Ambientes signados por el colorAl fondo: como en tantos trabajos de Joana Vasconcelos, la cerámica se complementa con tejidos artesanales. El sapo sobre la mesa baja también es suyo. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)En este sector, sillas de madera italianas de 1910; sillones (Kerylos Intérieurs) tapizados en terciopelo de Hermès; mesa baja de Eric Schmitt y lámpara de pie del prestigioso estudio Herzog & De Meuron.Mesa de nogal (Kerylos Intérieurs), sillas de Guglielmo Ulrich tapizadas con terciopelo y lámpara de la gran Lindsey Adelman. Las cortinas se hicieron con género de Hermès en su naranja característico. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)“Lo que vemos no es la colección completa. Seleccionamos las obras junto con los clientes en función de dos conceptos: por un lado, la coherencia de lo que queríamos presentar (algunas telas no funcionan juntas); por otro, los límites que nos planteaba el espacio”. Viendo el resultado, ¡límites” es la última palabra que viene a la mente!En Cannes. Una casa de película firmada por dos estrellas del diseño francésButacas de madera de Eric Schmitt y lámpara de pie de Eric Jourdan. Al fondo, sobre la consola de Hubert le Gall, cuadro circular de Damien Hirst. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)Sobre el sofá con almohadones de Missoni, cuadro de Albert Oehlen. “Este lienzo tan colorido nos obligó a hacer un entorno de neutros para no apagarlo”. Los sillones de Jacques Charpentier y silla con respaldo alto original de Josef Hoffmann, tapizada con género blanco y negro de Johanna Gullichsen.Cocina: estética y funcionalLas mesadas son de cuarzo brasileño, material que también dibuja una “alfombra” en medio del entablonado original. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)Alrededor de la mesa de mármol negro (una auténtica Saarinen de los años 50), sillas de Roland Reiner de la misma década, todo iluminado por un racimo de lámparas de CTO Lighting.Suite danesaLas mesas de luz de Christian Liaigre sostienen las hoy en día clásicas lámparas de bronce de la serie ‘Hombre/Mujer’ (Porta Romana). (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)El cortinado de terciopelo también sirve para enmarcar la obra de Yves Oppenheim, que tiene casi el mismo largo que el respaldo de cuero (Kerylos Intérieurs). En este ambiente sólo dos paredes tienen colores intensos; acá para destacar la obra. Oponiéndose a una ambientación mayormente internacional, el rincón del escritorio es ciento por ciento vienés: con mesa de Josef Hoffmann (1906) y silla Thonet de 1900.Terraza moderna, vista clásicaSobre el piso de teca, reposeras con cruza de fiaca: esferas de poliestireno dentro de una funda fresca y apta para exterior (Paola Lenti). (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)La pileta tiene chorro de acero inoxidable. (Francis amiand/Kerylos Intérieurs/)“De ninguna manera quise hacer algo ‘regional’ inspirándome en la ciudad. Viena es una ciudad con una personalidad muy fuerte, e incluir características específicamente vienesas (¡término que habría que definir para ser serios!) habría sido redundante”.
Fuente: La Nación