A diferencia de semanas anteriores, donde los participantes conocían a Marley una vez terminada su actuación, las nuevas reglas de La Voz Argentina permiten una entrevista previa con cada uno.Así fue que el conductor atravesó la historia de Jaqueline Boghossian, joven de 34 años y con un repertorio muy arraigado en sus raíces: “Cuando canto está presente lo armenio porque está presente en mi historia”.La participante comenzó a cantar a los cuatro años, como parte de un juego que compartía con su familia. Siendo adolescente decidió incorporar la música también a su vida profesional: “La primera vez que subí a un escenario fue algo hermoso. También estudio musicoterapia, que está muy ligado desde otro lugar. Es para ayudar a la gente a través de lo sonoro, lo expresivo y lo musical. Y canto en tabernas griegas, soy la que anima la fiesta. Canto para que los demás se diviertan, rompan platos”.La salida de Jaqueline fue el pie perfecto para que Marley contara una anécdota de sus tantos viajes, que podría haber terminado muy mal: “¿Son platos suaves? A mí en Grecia me rompieron uno tan fuerte que me dejó un chichón, y después me toqué y tenía sangre. Me parece que me dieron uno de verdad, me querían matar”.A pesar de una afinada interpretación de “Dos gardenias”, ninguno de los cinco jurados se dio vuelta. “Te voy a decir qué pasó -ensayó una explicación poco convincente Ricardo Montaner- los coaches somos seres humanos y nos equivocamos. Yo me debí haber dado la vuelta, estaba esperando quizás que sucediera ‘algo’, y cuando me vine a dar cuenta terminó la canción. Cantaste maravillosamente bien y me lo perdí. A veces nos equivocamos y es grave, hoy fue grave. Te pido disculpas”.A pesar de los elogios, la artista se fue con las manos vacías y con la promesa de volver.

Fuente: La Nación

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