“El edge computing no puede existir sin la nube híbrida y su base debe ser abierta o fracasará”. La definición de Paul Cormier, presidente y CEO de Red Hat, generó en el último Summit un gran impacto en la comunidad digital. En momentos donde el open source aún convive (y compite) con los sistemas propietarios tradicionales y donde el horizonte tecnológico de autos autónomos y la internet de las cosas aguardan impacientes la casi nula latencia que promete el 5G, esta sentencia pone en el centro de la escena a lo que hoy se conoce como Open Hybrid Cloud. Y que muchos quizás aún no conocen.Para ser claros, lo primero que hay que decir es que el edge computing significa acercar el poder de procesamiento hasta el borde de donde se generan los datos. Dicho en otras palabras: traer la nube casi hasta el usuario. Esta tecnología es clave para que los datos no viajen miles de kilómetros desde que los dispositivos dan una orden hasta que esta se ejecuta, lo cual es imprescindible para que los vehículos autónomos no choquen en una autopista, pero también para abrir nuevas posibilidades en tareas mucho más simples y cotidianas.Thiago Araki, gerente senior de la oficina de tecnología de Red HatEntonces, más allá del edge computing, lo que desde Red Hat ven como base de esta etapa de la era digital es el concepto de nube híbrida. Si antes la diferencia entre las nubes públicas y las nubes privadas radicaba en su ubicación y su propiedad, en tiempos del cloud computing las cosas son un poco más complejas, porque la ubicación y la propiedad ya no las definen. Las nubes híbridas, en tanto combinación de ambas, son herramientas mucho más poderosas porque amplían las funciones, conectando varias computadoras a través de una red, escalando horizontalmente, permitiendo la implementación de recursos con más rapidez, trasladando las cargas de trabajo entre los entornos y organizando los procesos con ayuda de la automatización. En definitiva, de lo que se trata es de incorporar una sola herramientas de gestión unificada.“La Open Hybrid Cloud significa simplificar y traer flexibilidad para que diferentes entornos y diferentes formas de trabajo convivan”, dice Thiago Araki, gerente senior de la oficina de tecnología de Red Hat Latinoamérica. “Con la nube híbrida abierta podemos hacer el mejor uso de las nubes privadas y de las públicas, de los entornos tradicionales y de lo que se viene, que es el edge computing. Open Hybrid Cloud cubre todos estos tipos de entornos”, agrega.En el último año, y a raíz de la pandemia, podría decirse que el mundo corporativo pasó de la transformación a la aceleración digital. Si la innovación ya era el camino que la mayoría de las compañías habían decidido seguir antes del Covid-19, en 2020 se enfrentaron con el desafío de recorrerlo más rápido. Y quienes se apoyaron en el open source y en el amplio ecosistema de partners que de él deriva, descubrieron una mayor escalabilidad y eficiencia a la hora de atender las nuevas demandas. En ese contexto, un elemento como la nube híbrida abierta dejó de ser simplemente una oportunidad para convertirse en un imperativo empresarial.La arquitectura actual de la nube híbrida ya no requiere de una red amplia de API para trasladar las cargas de trabajo de una nube a otra. Para diseñarlas, los equipos modernos ejecutan el mismo sistema operativo en todos los entornos de TI; desarrollan e implementan aplicaciones como grupos de servicios pequeños, independientes y sin conexión directa; y gestionan todo con una PaaS unificada. En términos más prácticos, una nube híbrida puede crearse como resultado de la ejecución de Linux® en todos los entornos, del diseño y la implementación de aplicaciones nativas de la nube y de la gestión de todos los sistemas mediante un motor de organización, como Kubernetes o Red Hat OpenShift®.Más allá de las dificultades de estos últimos tiempos, la adopción de la nube híbrida abierta en la región se está ampliando a buen ritmo. “En Latinoamérica lamentablemente no tenemos todos los recursos, pero la innovación se da muy rápido. Hay un conjunto de factores que lo aceleran, como el mercado externo. Las empresas para sobrevivir tienen que evolucionar y modernizarse. Pero además hay una oferta de servicios y de tecnologías que está ahí a disposición en todos los países. Para nosotros, que somos la Open Hybrid Cloud, hay una gran oportunidad de ayudar y contribuir para que los clientes tengan la flexibilidad de operar con la nube donde más sentido tenga para ellos”, señala Paulo Bonucci, VP & General Manager de Red Hat.Paulo Bonucci, VP & General Manager de Red Hat.La seguridad es una de las principales necesidades de esta era digital y la nube híbrida abierta tiene mucho para aportar en ese sentido: diseñada, integrada y gestionada de forma correcta puede ser tan segura como una infraestructura de TI local. Aunque hay algunos desafíos exclusivos de la seguridad de la nube híbrida (como la migración de datos, el aumento de la complejidad y una mayor superficie de ataque), la presencia de varios entornos puede constituir una de las defensas más sólidas contra los riesgos de seguridad. Gracias a todos esos entornos interconectados, las empresas pueden elegir dónde colocar los datos confidenciales en función de los requisitos, y los equipos de seguridad pueden adoptar de manera uniforme un sistema de almacenamiento en la nube que sea redundante y pueda aumentar los esfuerzos de recuperación ante desastres.Clave para el futuro de la tecnología e imprescindible para la aceleración digital actual, la nube híbrida abierta ha crecido mucho en el último año y es una oportunidad para todo tipo de compañía y de industria. “Ya sea para una pequeña empresa o para una gran corporación regional o global, hoy hay muchas opciones de servicios que permiten un acceso más rápido a estas soluciones”, concluye Bonucci.________________________________________________________Content LAB es la unidad de generación de ideas y contenidos de LA NACION para las marcas con distribución en sus plataformas digitales y redes sociales. 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Fuente: La Nación

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