Los productores agroindustriales han desarrollado el pensamiento sistémico, o sea, la capacidad de ver los distintos aspectos de un asunto y de buscar las causas que explican el comportamiento de las cosas, en este caso, de sus negocios. Al mismo tiempo reciben de forma constante miles de datos que deben procesar y entender. Pero ¿cómo podemos hacer un recorte para observar solo la información relevante?Por su puesto la información comercial, productiva, de mercados, climatológica, etc. son indispensables porque tienen resonancia directa en el negocio. Sin embargo es posible -y necesario- delimitarla.Cepo a la carne: temen que el Gobierno extienda el cierre de exportacionesEn este sentido, quiero hacer una aproximación a este recorte desde dos riesgos: el de limitar demasiado, que nos hace perder información de valor para el negocio; y el limitar muy poco, que lleva a inundarnos de información innecesaria.Frente a esta disyuntiva conviene aplicar una estrategia de diversidad:Constituir un núcleo de temas de interés regular, preciso y objetivo. Toda empresa debe tener funciones estables, estructuradas y rutinarias que observen, por ejemplo, el comportamiento de los mercados, stocks de insumos, el desempeño de los procesos internos, la situación financiera o las tendencias tecnológicas relevantes.Disponer de canales complementarios para tratar información fuera de este núcleo, quedando a juicio de los observadores la selección de lo que pueda tener algún valor potencial.Adiós al viñedo: vendió su tractor para irse a vivir a ItaliaLa gran cuestión es que no adormecer la capacidad de ver cayendo solo en los aspectos duros y rutinarios de la observación. Por el contrario, se trata de ver lo que pasa aun a riesgo de que “a priori” cierta información no parezca relevante.Por eso, las observaciones estructuradas referidas al núcleo de interés de la organización deben tomar la forma de un “tablero de control” y sistematizarse. Pero, además, es necesario desarrollar sensibilidad para leer lo que está pasando y que no esté contaminado por la fría enunciación de los indicadores.Se trata de desarrollar una “mirada perimetral” de aquella información que no está en el centro de nuestra atención pero que igualmente podemos captar. Los empresarios pueden acceder a ella exponiéndose personalmente a la “organización informal” y a los canales de comunicación complementarios.La buena costumbre de “caminar” la empresa, hablar constantemente con los colaboradores, visitar los campos, participar de una agenda abierta, atender personalmente a proveedores y contratistas, hablar con colegas, y en general tener la puerta abierta al contacto con todos los niveles de la cadena de valor, es la forma más efectiva y directa de mantener una mirada “real” sobre el negocio.De esta forma la información estructurada y formal puede convalidarse con la percepción directa e informal para detectar así nuevas oportunidades. Esta diversidad es necesaria aun en organizaciones muy establecidas y estructuradas para romper el efecto de “torre de cristal” en la que la inercia burocrática suele encerrar a los niveles directivos de las organizaciones.El autor es socio de Barrero & Asociados

Fuente: La Nación

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