El seleccionado argentino volvió a competir este jueves, siete meses después del último partido, tras el obligado impasse por la pandemia de coronavirus. La noche reservó sensaciones cruzadas y emociones que cortaron el aliento en Santiago del Estero, donde el duende de Diego Maradona espió el encuentro frente a Chile. En lo estrictamente deportivo hubo que seguir con atención la estructura ofensiva de un equipo bien posicionado, pero que sigue con una identidad difusa; o que, al menos, muestra sus credenciales en jugadas puntuales y sin demasiada continuidad.Argentina – Chile: la selección no encontró los caminos del gol e igualó 1-1 en Santiago del EsteroLionel Messi acertó de penal. También tuvo un tiro libre al ángulo bien resuelto por el arquero Claudio Bravo y otro que rozó el travesaño. Le costó desmarcarse y encontrar la pelota en los espacios adecuados. Tampoco logró imponerse en el mano a mano con la pelota dominada. Sobre el final, Bravo ganó otra vez en un zurdazo al que le faltó algo más de dirección. Una de las claves quizá haya estado en una frase de Messi: “Desde que empezaron las eliminatorias apuntamos a crecer como equipo. Debutaron varios chicos nuevos y de a poco nos tenemos que hacer fuertes otra vez. No es fácil lograr la dinámica después de tanto tiempo”. Una de las claves.Pero lo de Messi sí son las estadísticas. De ellas se alimenta buena parte de su historia con el conjunto argentino. Y anoche entregó otra perla: el N° 10 llegó a los 72 goles e ingresó en el top ten entre los artilleros históricos de equipos nacionales. El rosarino todavía está lejos del líder, el iraní Ali Daei, con 109 conquistas, y de su escolta, un viejo conocido, el portugués Cristiano Ronaldo, con 103. Otra particularidad es que los último cinco tantos del capitán argentino con la camiseta celeste y blanca fueron de penal.De Lautaro Martínez se esperaba la explosión ofensiva y la potencial sociedad con Messi. Una especie de confirmación del recambio que espera llegar en el estado ideal de maduración para Qatar 2022. “La energía que te da la selección no la encontré en otro lado”, le dijo el atacante de Inter a LA NACION durante la semana. “No me creo el 9 de la selección ni nada”, agregó. Pero sí. Lo es. Y, seguramente, lo será por un largo rato. Más con una actitud indisimulable: siempre al servicio del equipo. Como en la corrida para lo que parecía una pelota larga. El Toro insistió, ganó en la carrera y Guillermo Maripán lo derribó dentro del área. Penal, VAR mediante, que concretó Lionel Messi. Martínez exigió mucho más a partir del rigor físico. Trató de forzar el error adversario en cada jugada.Otro que se jugaba una ficha de las grandes era Ángel Di María. El rosarino volvía a la titularidad en el seleccionado después de un período de dudas que incluyó las versiones de una relación distante con el entrenador Lionel Scaloni y que lo tuvo como suplente en la Copa América de Brasil 2019. Contra Perú (2-0) apenas había jugado 19 minutos. Y frente a Paraguay (1-1), una fecha antes, casi media hora. En esa llave tuvo una explosiva aparición Nicolás González –un gol en cada partido–. El presente en Paris SG que llevó a Di María a la formación inicial no tuvo continuidad. Tanto que “Fideo” fue reemplazado por Julián Álvarez apenas pasado el cuarto de hora del segundo tiempo.Las sociedades no se ensamblaron. De un costado ni del otro. Los mediocampistas tampoco se conectaron con los atacantes. Otro ejemplo fue el de Lucas Ocampos, que no mostró el desequilibrio acostumbrado en Sevilla. Tanto que fue reemplazado por Ángel Correa –buen ingreso– tras el descanso.Una de las pocas veces que pudieron configurar un circuito fue a partir de la movilidad de Correa, que habilitó a Lautaro. El delantero encontró a Di María, cuyo intento para asistir a Messi terminó con un taco fallido y, enseguida, con un remate sin potencia. Correa también generó un peligroso tiro libre ejecutado por Messi. La búsqueda también incluyó el cambio de Exequiel Palacios por Leandro Paredes, pese a las diferentes características de los mediocampistas.Chispazos. El seleccionado argentino se caracterizó por las esporádicas apariciones de sus hombres fuertes de ataque. Y eso, a estas alturas, debe constar en la base de datos de Scaloni.

Fuente: La Nación

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