La llegada de millones de vacunas contra el coronavirus durante los últimos días al país trajo alivio en la cúpula de la Ciudad de Buenos Aires. “Cambió el panorama, están llegando las dosis”, reconoció una fuente porteña. Por esa razón, Horacio Rodríguez Larreta ya trazó una hoja de ruta para las próximas semanas: en sintonía con la estrategia de Alberto Fernández, buscará exhibir la gestión porteña en la aplicación de las inoculaciones, en la antesala de una campaña electoral atípica por la pandemia.Además, después de dar la pelea retóricamente y en la Justicia por las clases presenciales, el jefe de gobierno continuará aferrado al manual de la moderación y evitará subirse al ring con el Presidente. “No vamos a responder ni confrontar ni entrar en las discusiones políticas. No nos movemos de ahí”, repitieron hoy como un mantra en la sede de Uspallata.A la sinuosa caza de votos le faltan vacunasHoy, Larreta encabezó una conferencia de prensa desde Costa Salguero para anunciar la apertura de la inscripción para la vacunación de la población entre 55 y 59 años, sin factores de riesgo. Y utilizó la actividad para fijar su postura respecto de la polémica en torno a la fallida negociación del Gobierno con Pfizer para la provisión de vacunas. Fiel a su estilo, dijo que respaldaba la convocatoria a los laboratorios que mantuvieron tratativas con la Casa Rosada para que expliquen en el Congreso los motivos de la demora en las entregas. Y, consultado sobre los dichos de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien le pidió a la oposición reducir la “obsesión” con Pfizer, el alcalde respondió: “Es importante que todos estemos obsesionados por vacunar lo más rápido posible”. En la Ciudad intentan bajarle el voltaje a la frase del acalde y aseguran que no fue un dardo contra Vizzotti. “No fue una chicana. Nosotros ponemos el foco en la aplicación de las vacunas y queremos que lleguen lo antes posible”, remarcan cerca de Larreta.Horacio Rodríguez Larreta (Rodrigo Néspolo/)Clima interno y la campañaEn el gobierno porteño recuperaron el optimismo durante las últimas horas, a partir del arribo de millones de dosis gestionadas por la Casa Rosada. “Hay una lluvia de vacunas”, lanzó un funcionario porteño en la intimidad. Después del traspié en el arranque del operativo de vacunación para mayores de 80 años en marzo pasado -pagó el costo político del desborde en el Luna Park-, el jefe de gobierno busca exhibir que acelera el ritmo de la campaña de inoculación. De hecho, la administración porteña también abrió esta semana la inscripción para el personal estratégico y las personas con condiciones de riesgo de 18 a 44 años. “La proyección es buena”, admitieron en la sede de Parque Patricios. Laderos de Larreta se jactaron de que el 30% de la población de la Capital ya recibió al menos una dosis y subrayaron que la Ciudad, junto con La Pampa, es uno de los distritos que “más rápido” aplica las vacunas.En Parque Patricios niegan que Larreta quiera subirse al tren de la campaña de vacunación oficial, una bandera que levanta el Frente de Todos con la mira en las elecciones. Desde hace meses se impone una premisa en las filas del oficialismo y la oposición: para la Casa Rosada, las vacunas son votos. “Nosotros no hacemos política con la vacunación. No vamos a especular con eso”, intentaron tomar distancia en el entorno de Larreta.Con ese panorama y frente a la creciente incertidumbre en la sociedad por la pandemia y la crisis, un dato que reflejan las encuestas que analizan en Uspallata, Larreta no se moverá un centímetro de su libreto de la moderación, ya que interpreta que la ciudadanía rechaza la confrontación política.Por eso, en la previa de la campaña electoral, Larreta priorizará los ejes de “consenso” y “servicio” en sus discursos ante la opinión pública. De hecho, Larreta evitó responderle a Fernández, quien advirtió que los distritos que habían anunciado el regreso de las clases presenciales -la Ciudad y Córdoba- estaban “jugando con fuego”. Los estrategas del Ejecutivo porteño pidieron a los ministros que eviten confrontar y que prioricen la comunicación de la gestión.Sin embargo, otros alfiles le sugieren al alcalde que sus mediciones en grandes centros urbanos, como Rosario, bajan cuando se “pega” a Fernández y suben cuando protagoniza conflictos como la disputa por la presencialidad escolar.https://www.lanacion.com.ar/politica/cuando-termine-esta-pesadilla-van-a-tener-que-rendir-cuentas-advirtio-cafiero-nid03062021/En el larretismo consideran que se avecina una campaña electoral inédita por la pandemia. “No nos caracterizamos por hacer grandes eventos, pero sí por la cercanía. No discutimos aún la estrategia, pero es un desafío”, cuentan allegados al jefe de gobierno. Por lo pronto, sus asesores se entusiasman con el alcance de las intervenciones de Larreta en las reuniones por Zoom con vecinos y sus apariciones en Tik Tok.Rodríguez Larreta
(GCBA/)El alcalde también se muestra cauteloso respecto de la posibilidad de que su gestión pueda adquirir vacunas. Si bien la Legislatura porteña aprobó la autorización a la Ciudad para que pueda comprar, las tratativas avanzaron poco durante las últimas semanas. Estados Unidos e Israel siguen siendo las opciones más viables, pero los colaboradores de Larreta reconocen que no conseguirán vacunas en el corto plazo, debido a las restricciones que existen en el mercado global y las limitaciones logísticas que tienen las jurisdicciones subnacionales para negociar.Mientras tanto, el jefe de gobierno machacará con su latiguillo: “Vacuna que llega, vacuna que se aplica”.Ante el cambio de escenario por la llegada de millones de dosis al país, alfiles del larretismo y varios dirigentes de Pro toman distancia de la embestida de la mayoría de los caciques de Juntos por el Cambio contra el Gobierno por el fracaso de la negoción con Pfizer. “Nos tenemos que enfocar en lo económico. Ellos van a vacunar y nos van a dejar sin discurso”, advirtió un referente del partido a sus socios.De hecho, el ministro de Salud, Fernán Quirós, respaldó la postura de Vizzotti tras la idas y venidas con Covax, parte de la novela por el fracaso de la negociación con Pfizer.

Fuente: La Nación

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