BRUSELAS, 1 jun (Reuters) – Los países de la Unión Europea
deben tener en cuenta la escasez mundial de vacunas contra el
COVID-19 antes de administrarlas a los adolescentes, dijo el
martes el Centro Europeo para la Prevención y el Control de
Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).La semana pasada, el regulador de medicamentos de la UE
autorizó la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer y su
socio BioNTech SE para niños de 12 años. Su guía
anterior era para adultos de 16 años o más.El ECDC se hizo eco así del llamado de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) para retrasar las vacunas de los
adultos jóvenes en las naciones ricas, asegurando en un informe
que solo debería ser una prioridad cuando corren un alto riesgo
de desarrollar síntomas graves de coronavirus.El organismo tiene una función de asesoramiento dentro de
Europa sobre el lanzamiento de vacunas, que están a cargo de los
gobiernos nacionales.Los estudios muestran que la mayoría de los menores de 20
años que contrae COVID-19 solo presenta síntomas leves, pero los
riesgos aumentan entre aquellos con afecciones subyacentes, como
enfermedades neurológicas y pulmonares, dijo el ECDC.Al decidir si hay que vacunar a los adolescentes con bajo
riesgo, “debe tenerse en cuenta el contexto más amplio de una
escasez mundial en el suministro de vacunas”, dijo el ECDC,
destacando que los trabajadores sanitarios y los más vulnerables
no han sido vacunados aún en muchas naciones más pobres.Casi la mitad de los adultos ha recibido al menos la primera
dosis en la UE y el 20% ha sido completamente inmunizado,
mientras que, según datos de la OMS, a mediados de mayo solo el
1% de las vacunas administradas a nivel mundial se habían
inyectado en África.COVAX, un mecanismo codirigido por la OMS para distribuir
vacunas en todo el mundo, ha enviado hasta ahora menos de 80
millones de inyecciones a más de 120 países con una población
combinada de miles de millones, muchos de los cuales dependen
exclusivamente de este sistema para acceder a las dosis.(Reporte de Francesco Guarascio; editado en español por Carlos
Serrano)

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: