La campaña de vacunación contra el coronavirus registra en la Argentina al 22 de Mayo un total de 11.067.550 dosis administradas, de las cuales 8.701.971 corresponden a la primera aplicación, mientras que 2.365.579 completaron la dosificación.Las provincias con mayor cantidad de dosis aplicadas son Buenos Aires con 4.205.398, CABA con 1.035.139 y Córdoba con 910.807.Sin embargo, si se considera el porcentaje de personas vacunadas contra el COVID respecto de la población total de cada distrito, el ranking es encabezado por CABA con 33,66, seguida por La Pampa con 30,86 y, en tercer lugar, San Luis con 29,45.En cuanto al porcentaje de habitantes vacunados con las dos dosis, el listado es liderado por La Pampa con 8,44, seguida por San Luis con 8,02 y, en tercer lugar, CABA con 7,58.• ¿Cuántos son los vacunados contra el coronavirus en el mundo?Las vacunas desarrolladas por laboratorios y centros de investigación en distintos países constituyen un recurso escaso en todo el mundo. Por esta razón, los protocolos sanitarios apuntan a priorizar y distribuir las vacunas contra el coronavirus de acuerdo a grupos de riesgo.Por el momento, en la Argentina se están aplicando dos vacunas contra el coronavirus: Sinopharm/Beijing, producida en China y la Sputnik V, desarrollada en Rusia.Coronavirus hoy: cantidad de casos y fallecidosEl 23 de mayo se reportaron 32171 nuevos casos, 297 fallecidos y 25011 pacientes recuperados. Estas cifras son difundidas diariamente por el Ministerio de Salud.Desde el comienzo de la pandemia, se registraron en el país 3.514.683 casos de infectados, 73.688 de muertos y 3.083.298 de recuperados. Según lo informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Las provincias o distritos con mayor número de casos son: Buenos Aires con 1.516.566 casos, CABA con 396.069 casos y Santa Fe con 320.698 casos. Pero si se los distribuye por cantidad de infectados por cada cien mil habitantes, el ránking es encabezado por: Tierra del Fuego con 16.140 casos, Santa Cruz con 13.634 casos y CABA con 12.877 casos.
Fuente: La Nación