Damas oscuras (Impedimenta), una surtida reunión de relatos de fantasmas, recordó tiempo atrás en clave revisionista sobre la gran cantidad de escritoras victorianas que se dedicaron a las vueltas de tuercas literarias. Mujeres letales. Obras maestras de las reinas del terror, esta extensa antología, se centra en veintiséis autoras de aquella misma época (suma algunas estadounidenses) para recordar que el gótico no era solo cosa de hombres. La ventana temporal es la de una era: los relatos van de 1830 a 1908.Si en aquella la época, “la idea de que las mujeres leyeran novelas ponía incómodos a los hombres, entonces el pensamiento de que las mujeres escribieran novelas resultaba más insoportable todavía”, anota el compilador Graeme Davis. Mujeres letales tiene como núcleo irradiador a Mary Wollstonecraft Shelley, la creadora de Frankenstein. Su cuento, “La transformación” es menos original (un joven disoluto intercambia su cuerpo con una criatura mefistotélica), pero entronca con muchas de las populares novelas de hoy. Otros nombres de peso incluidos son Elizabeth Gaskell (“La casa solariega Morton”, relato de profecía romántica) y la gran Edith Wharton (“La duquesa orante”). A los muchos nombres poco conocidos (Ada Trevanion, Margaret Oliphant), se agrega un puñado de escritoras de otros registros: ¿qué hace Louisa May Alcott, la creadora de Mujercitas, escribiendo sobre pirámides y momias? ¿Y qué Harriet Beecher Stowe, la de La cabaña del tío Tom, con un cuento sobre espectros? Vale la pena salir a averiguarlo.Mujeres letalesAutoras variasEdhasa. Trad.: Pablo Ingberg682 págs./$ 1695
Fuente: La Nación