Con el precio de la soja en niveles altísimos y las tasas de interés internacionales por el piso, el contexto del exterior vuelve a darle una mano a la Argentina. Sin embargo, el país hace uso de esos beneficios a medias, ya que, para los economistas, la política y la mirada de corto plazo impiden avanzar en reformas que permitirían estabilizar la macroeconomía y hacer que el rebote del producto que se verá este año sea el comienzo de un crecimiento sostenible.Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos; Marina Dal Poggetto, directora de EcoGo, y Carlos Melconian, director de Macroview, analizaron la coyuntura y los principales desafíos que tiene la Argentina por delante en el congreso económico EFI Week, que se realizó de manera online, y que fue moderado por el periodista Ezequiel Burgo, de Clarín. Dólar blue hoy: a cuánto cotiza el jueves 20 de mayoEl primero en disertar fue Tiscornia, quien hizo hincapié en el déficit fiscal, que empezó a fines de 2010, como la causa de todos los problemas económicos en los que está inmersa la economía argentina. El Gobierno comenzó su gestión casi en equilibrio fiscal, con un -0,4% de resultado primario, pero la pandemia derrumbó de nuevo las cuentas del Estado.“Para enfrentar esto se aumentó la presión tributaria, que ya había arrancado antes del Covid, pero se potenció en 2020, y se utilizó el financiamiento monetario. Como no alcanzó, y no hay acceso al mercado de capitales internacionales, se recurrió al mercado de capitales doméstico, que es pequeño y empezó a mostrar algunas señales de limitaciones. Para lograr colocar deuda a plazos más largos, debió ofrecer colocaciones ajustadas por algún instrumento, comúnmente por CER [inflación] o por dollar-linked [tipo de cambio]”, analizó Tiscornia.Por el lado de la emisión del Banco Central, el año pasado, la base monetaria creció de $1,9 billones a $2,4 billones, que se mantiene este 2021 a través de aplicar instrumentos de esterilización, como la emisión de Leliq y Pases. “Este es otro factor que preocupa, no se puede seguir acumulando indefinidamente la deuda que implican estos instrumentos”, advirtió.Luego indicó que la tercera distorsión que aparece en la economía es la brecha cambiaria, que está en 60%, por la diferencia entre el dólar oficial ($94) y el libre ($150). “También se está incubando un problema, en algún momento se va a cerrar. La economía argentina tiene una estrecha relación entre los precios internos y el tipo de cambio, por eso el Gobierno los controla”, sostuvo.Finalmente, señaló el atraso de los precios de los servicios públicos como otro problema que ve a futuro, reflejado en la inflación reprimida, que en algún momento se manifestará. “A pesar de todo, la inflación hoy está en 4%, es notablemente mayor a la que había un año atrás. Si uno quiere atacar este problema, tiene que atacar todo lo anterior, y el origen está en el déficit fiscal”, dijo.“Necesitamos inversión para que crezca la economía, se creen puestos de trabajo y mejoren los salarios. El mundo nos da una mano gigantesca. Los términos de intercambio, que es la diferencia entre los precios de lo que exportamos vs. de los que importamos, están en el mayor nivel desde 2013. Esto explica por qué estas dinámicas insostenibles se puede mantener. ¿Pero hasta cuándo? Hay una decisión política de no corregir este tipo de cosas, sobre todo en año electoral, pero hay que atenderlas. Estamos en una situación inmejorable y la Argentina está perdiendo una oportunidad enorme”, concluyó.Marina Dal Poggetto coincidió en la pérdida de oportunidad de la Argentina, pero remarcó que “hace varios años pierde oportunidades”. “Perdió una oportunidad inédita en la salida de la convertibilidad: tres años más tarde, el sistema financiero se había reestructurado y había superávits fiscal y externo, un mundo con tasas bajas y China empujando el precio de los commodities. Era el momento ideal para construir una moneda, los países vecinos lo hicieron, pero la Argentina no lo hizo”, indicó.Luego indicó que, además del déficit fiscal, la Argentina tiene de fondo el problema de la inercia inflacionaria y el gasto indexado a la inflación. “El problema detrás de inflación, a su vez, tiene un origen monetario, pero también hay una pelea distributiva”, comentó.“El actual gobierno peronista tenía una oportunidad para cambiar la indexación previsional y manejar las paritarias, para que puedan empezar a discutirse hacia adelante. Fue el intento del Gobierno al inicio de la gestión, que frenó la fórmula de movilidad, pero el programa voló por los aires por la pandemia”, dijo.La economista coincide en que hay un contexto internacional favorable, de mucha liquidez global, pero que la Argentina no aprovecha. “El Banco Central arrancó en diciembre de 2019 con US$10.000 millones de reservas y pocos pesos en la economía. Tenía todo puesto para estabilizar, pero la negociación de la deuda privada se hizo eterna, llegamos al arreglo recién en agosto, y el acuerdo con el Fondo, que es terriblemente laxo, se sigue postergando”, analizó.“Para acordar con el FMI se requieren decisiones de política, que son imposibles que se tomen en un año electoral, y que tienen que votarse en el Congreso, donde se necesita acuerdo con la oposición. Tal vez veamos algunos mecanismos de postergación de los pagos de los organismos hasta las negociaciones. Paradójicamente, cada vez que nos ayuda el mundo, en vez de tomar decisiones de mediano plazo, seguimos priorizando el corto. La política se puso de nuevo sobre la economía.”, opinó.Finalmente, remarcó que “hay margen para estabilizar” y que los únicos riesgos que hay “son los de la propia política”. “Un paro de la comercialización del campo puede llegar a generar que se corte antes de tiempo la posibilidad del Banco Central de comprar dólares, y eso es un riesgo autoinfligido, no viene de afuera, viene de adentro”, dijo.Señaló que para este año, el gasto Covid podría ser $500.000 millones (1% del PBI), mucho menor de los $900.000 millones del año pasado (3% del PBI), y que el déficit fiscal sería de 3% del producto, ayudado por los mayores ingresos por retenciones y por el impuesto a la riqueza, y por el ajuste en las jubilaciones, que hasta ahora crecieron 10 puntos porcentuales debajo de la inflación. “Con 3% de déficit y con este Fondo, se podría negociar un acuerdo más rápido”, concluyó.“Las elecciones más importantes de la historia”Por último disertó Carlos Melconian, quién coincidió en que el Gobierno tiene “la negociación más fácil de la historia” con el FMI. “El staff del Fondo ya tiró la toalla”, dijo. Sin embargo, señaló que se “está empiojando el acuerdo” y que, aunque se logre un arreglo, “no te saca de berretalandia”.Luego señaló que, para mantener controlado el tipo de cambio, no alcanza solo con el cepo, sino que ayudó la “Santa Soja”. “Cepo sin soja es el año 2020. Cuando miras mensualmente el balance del BCRA, se ve que empezó el mayor apretón posible en materia de cepo, que logró que baje la demanda. Pero hasta que no reacciona el superávit comercial y llega la oferta neta de exportación, el Central es vendedor neto porque hay demanda y nada más. Así nos fuimos a menos US$1000 millones de reservas líquidas”, indica.“De ninguna manera el cepo solo es suficiente. Tener el cepo solo sin la soja, no es como mandar a Enzo Pérez al arco, es como jugar sin arquero. Vos tenés que poner un jugador de campo en el arco y es un problema, pero no tener arquero es peor”, agregó.E hizo referencia a las elecciones próximas, a las que categorizó como las más importantes de la historia. “En el populismo, los empresarios hacen plata, porque apuestan a que en algún momento terminará y ellos compraron cuando los activos estaban baratos. Pero hoy se derrumba la inversión, ni los propios empresarios ponen un peso. Y es porque no es un populismo, le tienen miedo a otras cosas, que es en dónde hay que ponerles un límite. No podés poner cualquier cuatro de copas patotero en un Ministerio, porque no tiene escrúpulos y nada que perder”, criticó.“La economía tiene un rol fundamental en el espíritu de la gente para votar, pero el fuego sagrado de la Argentina sigue mostrando que prefiere a la democracia. La Justicia es un tema vital, a tal punto que no hay reacción de la inversión. Hay cagazo y eso lo para solamente”, siguió.“Las elecciones próximas son para frenar el avance institucional. Si no querés ser Venezuela, andá a votar. Hay que aprovechar la urna, decirle al Gobierno que siga con su laburo, pero ponerle un límite ahora. Están buscando a 20 diputados para que pase no sé qué [aprobar la reforma de la manera de designar al procurador]. Si en mi familia yo aparezco en un diario como el legislador que me están buscando para ver si les regalo el voto para [aprobar la reforma de] la Justicia o del procurador, me daría vergüenza. Hay que votar, es la elección más importante de la historia. Es la relevancia que le doy”, indicó.Finalmente, dijo que para que haya un plan de estabilidad, se necesita un “buen programa, con un tipo [ministro de Economía] con peso propio, secretarios a disposición del Presidente y que sea sostenible en el tiempo”.

Fuente: La Nación

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