El año pasado había finalizado con un Martín Guzmán empoderado. El ministro de Economía había logrado reestructurar la deuda con acreedores privados sin que quedaran holdouts litigando y había reducido la brecha cambiaria, luego del que dólar informal llegara a los $195 y pusiera nervioso al Gobierno. Sin embargo, las últimas medidas de política económica que se tomaron van en contra de los parámetros que había fijado Guzmán al inicio de su gestión y le hicieron perder credibilidad frente a los actores económicos. Muchas de esas medidas coinciden con las que promovió Axel Kicillof en su paso por el ministerio.Entre las medidas económicas que se impusieron y que no parecen ser de la idea del ministro, se destacan la decisión de atrasar el tipo de cambio, la mayor cantidad de controles de precios y el cierre de exportaciones con el fin de intentar reducir la inflación.Además, se determinó aplicar incrementos menores en las tarifas, a costa de más subsidios, y retrasar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para después de las elecciones.Dólar blue hoy: a cuánto cotiza el miércoles 19 de mayoLos analistas económicos, por otro lado, destacan que Guzmán logró llevar adelante un ajuste en las cuentas fiscales en el primer trimestre del año, ayudado por los ingresos extraordinarios del precio de la soja y del impuesto a la riqueza, pero también gracias a que entró en vigencia la nueva ley de movilidad social, que implicó aumentos de jubilaciones (el mayor gasto del Estado) por debajo de la inflación.“Ya no quedan rastros de lo que era la política económica que planteó Guzmán al inicio de su gestión; vemos cada vez más un modelo que sigue los lineamientos que dio Cristina en el acto de La Plata a fin del año pasado”, dice Guido Lorenzo, director de LCG, en referencia al discurso que dio la vicepresidenta, que pedía que los salarios le ganen a la inflación y que indicó que las tarifas no aumentan en año electoral.“El ministro había ganado poder en un momento, cuando el dólar libre se estaba deslizando, se le dio espacio para que baje el tipo de cambio paralelo y hasta tomó funciones que deberían ser normalmente del Banco central. Pero desde principio de año, y a medida que la inflación no cedió, perdió terreno”, agrega el economista.Martín Vauthier, director asociado de EcoGo, señala que el año pasado, el Gobierno había tenido la oportunidad de avanzar con un programa económico y con un acuerdo con el FMI, que le permitiera estabilizar la economía. “Guzmán intentó ir por esta línea y dar alguna señal con los subsidios, con alguna suba de tarifas para que no crezcan en relación con el PBI. También se pensaba mantener la competitividad del tipo de cambio oficial y que se mueva con la inflación”, dice.Los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quedaron debilitados ante el avance de sus subordinados, Federico Basualdo y Paula Español, respectivamente (Rodrigo Néspolo / LA NACION/)“Sin embargo, a lo largo de 2021 se fueron dejando de lado estas políticas, a medida que se entra en el año electoral. Las tarifas prácticamente no se mueven y hay una semi ancla cambiaria, más allá de que hay margen y colchón con el dólar. Además se está postergando el acuerdo con el FMI, mirando más los costos políticos que los beneficios que podría traer despejar esta incertidumbre”, agrega Vauthier.Gabriel Caamaño, socio gerente de la Consultora Ledesma, directamente señala que Guzmán “es ministro de Finanzas, no de Economía”. “Veremos si es tan así también, realmente, o si es secretario, porque no sabemos si tiene la capacidad de decisión para avanzar en un acuerdo con el Fondo y con el Club de París; no sabemos si es la voz autorizada que escucha el Presidente, o si después toma en cuenta lo que le dice Cristina o Axel Kicillof”, indica.“Empezó su gestión como un ministro de Finanzas, menos enfocado en la macro, y después del acuerdo con los bonistas hubo un empoderamiento. Pero ya en diciembre perdió margen de maniobra, luego de que le vetaran el aumento de tarifas y le hicieran modificaciones al proyecto de la fórmula de movilidad que envió al Congreso”, comentó.Al igual que Guzmán, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, está en una situación similar, ya que su secretaria de Comercio Interior, Paula Español, parece estar teniendo más poder, con la decisión de cerrar las exportaciones de carne por 30 días y los mayores controles de precios en los supermercados.María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores Económicos, dice que “no hay un rumbo fijo en la economía, algunos días parece que la prédica de Guzmán tiene más incidencia y otros días hay una contradicción o una marcha atrás”.“El ministro tiene una idea de un Estado grande, pero que el déficit fiscal tiene que ir acotándose, y señala que la inflación es un problema de desequilibrio macro. Pero las medidas que se toman van en otro sentido, como congelar tarifas, apelar a los controles de precios y cierre de exportaciones para controlar la inflación. Todo esto genera por un lado una inflación futura, porque habrá que corregirlo, y por otro lado no permite plantear un plan, que vuelve muy difícil llegar a un acuerdo con el FMI”, concluyó.
Fuente: La Nación