Por Nelson BocanegraBOGOTÁ, 19 mayo (Reuters) – Las manifestaciones en Colombia
entraron el miércoles en su cuarta semana, con una nueva huelga
nacional convocada por sindicatos de trabajadores, estudiantes y
organizaciones que demandan una serie de cambios sociales, sin
que se vislumbre un acuerdo con el Gobierno para poner fin a las
protestas.El presidente de Colombia, Iván Duque, ordenó el lunes a las
Fuerzas Armadas desbloquear las carreteras ante la escasez de
alimentos y combustibles en las principales ciudades, pero las
obstrucciones continúan en varias regiones como parte de las
protestas en las que se han registrado saqueos, actos de
vandalismo y enfrentamientos entre manifestantes y la policía.Cientos de personas se reunieron en la Plaza de Bolívar, en
el centro histórico de Bogotá.”Creo que Colombia perdió el miedo y nosotros vamos hasta
que realmente cambie esto porque si no vamos a seguir sufriendo,
vamos a sufrir peor y es un deber que tenemos con las
generaciones que vienen”, dijo el profesor Luis Carlos García,
de 35 años, quien caminaba con su hijo de cuatro años sobre los
hombros.Ati Quigua, la líder indígena arhuaca de la Sierra Nevada de
Santa Marta, quien llegó a Bogotá con 50 personas de su
comunidad, dijo que salió a protestar contra los asesinatos de
activistas de derechos humanos y aseguró que el paro es
“indefinido”.Los sindicatos, estudiantes y organizaciones sociales
comenzaron el 28 de abril una protesta para rechazar un proyecto
de reforma tributaria del Gobierno para subir los impuestos que
fue retirado y que provocó la renuncia del ministro de Hacienda.Pero los manifestantes ampliaron sus demandas para exigir
una renta básica para las familias pobres, el fin de la
violencia policial y empleo y educación para los jóvenes.El Congreso archivó el miércoles en la Cámara de
Representantes y en el Senado un proyecto de ley para reformar
la salud, una de las demandas de los manifestantes.Las cifras de muertos en medio de las protestas no
coinciden. La Fiscalía General de la Nación informó a comienzos
de esta semana que, de 42 reportes de personas fallecidas en las
manifestaciones, se identificó que solo 15 tienen relación
directa.El Ministerio de Hacienda estima que las protestas, las más
largas y violentas en la historia reciente del país, cuestan
unos 132,4 millones de dólares cada día.El estallido social se presenta en medio de una fuerte
escalada de la desigualdad y la pobreza en el país sudamericano
intensificada por la pandemia de coronavirus, que provocó la
quiebra de empresas, el repunte del desempleo y disparó el
endeudamiento público para enfrentar la crisis.El impacto social de la pandemia apunta a detonar
manifestaciones en otros países de la región, como Brasil,
advirtió recientemente la Oficina en Washington para Asuntos
Latinoamericanos (WOLA), un centro de investigación que promueve
los derechos humanos.Analistas vaticinan que la interrupción de la actividad
productiva por las manifestaciones enfriará el dinamismo de la
cuarta economía de América Latina este año, tras haber logrado
una sorpresiva expansión de 1,1% en el primer trimestre, apenas
levantando la cabeza tras una histórica contracción de 6,8% en
el 2020.
(Reporte de Nelson Bocanegra. Editado por Luis Jaime Acosta)

Fuente: La Nación

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