Ignacio Nicolás Yustos, de 21 años, volvía de una entrevista de trabajo y se dirigía a ver el partido entre Boca y River con su padre cuando fue embestido por un patrullero que, con las balizas encendidas, pero la sirena apagada, cruzó un semáforo en rojo en la intersección de la avenida Ricardo Balbín y Pueyrredón, en San Martín. El joven sufrió gravísimas lesiones en la cabeza; fue trasladado de urgencia al Hospital Municipal Thompson, donde finalmente murió. Al momento del accidente el móvil policial era conducido por una oficial que iba detrás de una ambulancia rumbo al hospital de aquella localidad. Quedó detenida, acusada de “homicidio culposo agravado por ser vehículo oficial y por cruzar semáforo en rojo”.Según informaron las fuentes sobre la base del relevamiento de las cámaras de seguridad, el domingo, a bordo de una camioneta Ford Ranger de la policía bonaerense, la oficial Agustina Gutiérrez, que iba acompañada por otro miembro de la fuerza, cruzó el semáforo en rojo, con baliza encendida, aunque no la sirena, y embistieron la moto Zanella azul conducida por Yustos.“Queremos que se haga justicia por mi hijo, que era un pibe laburante, fuerte y buen chico”, dijo Juan, el padre del joven, durante un corte de calle realizado por allegados de la víctima en el lugar del hecho. Además el hombre aseguró que el móvil venía “sin sirena” y que a su hijo lo atropellaron cuando regresaba de una entrevista de trabajo y se dirigía a ver el partido entre Boca y River con una picada para él.“A la tarde íbamos a ver el partido juntos. Me traía una picada, que quedó tirada acá, por lo que me dijeron”, contó Juan. Además puso el énfasis en lo que halos testigos le recalcó que por lo que contaron los testigos, el móvil “no venía con la sirena” encendida. “Está todo en manos de un abogado. Necesito justicia”, agregó el hombre, que se quebró en llanto.La mujer policía, que será indagada durante esta jornada, alegó en un primero momento que conducía a alta velocidad porque quería alcanzar a la ambulancia que se le había adelantado demasiado. Sin embargo, voceros judiciales explicaron a la agencia de noticias Télam que el protocolo en estos casos es claro y que las patrullas policiales deben utilizar las sirenas y frenar en las esquinas para asegurarse de que nadie esté circulando cuando pretenden cruzar, ya sea que estén ante una emergencia o no.La fiscal Ana Rosa De Leo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°4 de San Martín, que está a cargo de la investigación, convocó a personal de Gendarmería a los fines de realizar los peritajes correspondientes. Mónica, una tía de la víctima, aclaró que su sobrino no era un repartidor ni un delincuente que venía siendo perseguido por la policía. ”Queremos justicia por Nacho. No se merecía quedar tirado como un perro. Tres testigos hay, no se merecía morir así. Nacho no era un chorro, no lo venía corriendo la policía, iba para la casa del papá a comer una picada para ver el partido”, dijo la mujer. La mujer puso en duda que el patrullero viniera siguiendo o abriéndole paso a una ambulancia, al afirmar: “Ellos [por los policías] no venían escoltando nada”.Esta mañana, en diálogo con el canal de noticias TN, Pedro, abuelo de la víctima, contó que el joven “iba de la casa a la peluquería, de la peluquería a la casa, hacía cortes a domicilio”. “La semana pasada estuvo en mi casa y me cortó el pelo; era hermoso, no tengo palabras para definir lo que era mi nieto”, expresó Pedro con la voz quebrada, al asegurar que su nieto era una “excelente persona” que “nunca estuvo preso, no robó, no se drogaba, no tomaba”.

Fuente: La Nación

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