Este lunes, la reina Máxima de Holanda cumple 50 años. Si bien es una fecha importante que tendrá sus merecidos festejos, ningún evento podrá igualar aquel día de hace 19 años, cuando todavía era conocida como Máxima Zorreguieta y contrajo matrimonio con el príncipe Guillermo Alejandro en la catedral medieval de Ámsterdam. Fue una ceremonia histórica e inolvidable, tanto para el pueblo holandés, que se amontonó en las calles, como para el argentino, que siguió cada minuto de la boda a través de las pantallas. La pareja celebró durante días la unión en una ciudad que se vistió de fiesta con el color naranja de la familia Orange-Nasseau.Ese soleado 2 de febrero de 2002, más de 80 mil personas se reunieron en la capital holandesa para ver a los recién casados. Como nunca antes, Máxima cautivó a la audiencia con una sonrisa radiante y franca, envuelta en el elegante vestido de seda blanca diseñado por el italiano Valentino, con una extensa cola de cinco metros.En el palacio: la reina Máxima mostró su despacho y un detalle generó desconciertoEn uno de los momentos más memorables de la ceremonia, la actual reina consorte se quebró a la vista de todos. Su gran emoción no solo tuvo que ver con lo trascendental del evento: también se debió a una difícil ausencia. Su padre, Jorge Zorreguieta, no pudo asistir por decisión del Parlamento holandés, debido a que ocupó un cargo durante la última dictadura militar en Argentina. Aunque no pudo estar a su lado, Máxima lo recordó con el tango “Adiós Nonino” de Astor Piazzola: cuando la pieza empezó a sonar, la flamante princesa no pudo contener las lágrimas.Entre las actividades oficiales que organizó la corona por la boda, la pareja participó de una cena y un baile en el Palacio Real de Ámsterdam, y hubo un concierto especial de la Royal Concertgebouw Orchestra, un show animado por cantantes de rock y pop holandeses y varios desfiles por las calles de la ciudad.Entre los invitados de las casas reales de todo el mundo estuvieron la reina Sofía de España con su hijo Felipe; el príncipe Carlos de Inglaterra; los condes de Wessex, Eduardo y Sofía; el principado de Mónaco, Alberto y Carolina; la reina Margarita de Dinamarca; y las familias reales de Noruega, Suecia, Grecia, Luxemburgo, Bélgica y Jordania. Además, la ceremonia contó con la destacada presencia de Nelson Mandela.Reina Máxima: por qué tambalea el cuento de hadas de la argentina en HolandaA continuación, un recorrido fotográfico del día en que la vida de Máxima cambió para siempre: su camino al altar, la alegría del pueblo holandés, las personalidades que la acompañaron, la proyección del evento en nuestro país y sus primeras imágenes como nueva integrante oficial de la familia real.El 2 de febrero de 2002, la argentina Máxima Zorreguieta se casó con el príncipe Guillermo de HolandaMáxima se mostró radiante y profundamente emocionada por su unión La boda tuvo lugar en la catedral medieval de Ámsterdam Nieuwe KerkUno de los momentos más memorables de la ceremonia: Máxima se conmovió hasta las lágrimasHubo tal concurrencia en las calles, que algunos llevaron sus bolsas de dormir decoradas con motivos de la coronaSe reunieron más de 80 mil personas en la capital holandesa Máxima como flamante miembro de la familia Orange-NassauUna postal de la corona holandesa en todo su esplendorAunque fue un día feliz, Máxima extrañó a su padre; el Parlamento impidió que Jorge Zorreguieta asistiera por haber ocupado un cargo en la última dictadura militar argentinaEl evento emocionó también al pueblo argentino, que siguió la ceremonia a través de las pantallasMáxima y Guillermo Alejandro se casaron ante ocho reinas y cuatro reyes, además de las miles de personas que atestiguaron su unión fuera de la catedralEntre los invitados se destacó la presencia de Nelson MandelaEn 2002, Máxima se convirtió en princesa; 11 años después, en 2013, se transformaría en reina consorteEntre las actividades complementarias a la boda hubo recitales y desfilesMáxima lució un vestido del diseñador Valentino con cinco metros de cola y llevó un ramo de rosas, gardenias y lirios blancos; Guillermo usó un traje formal y un abrigo largo con banda real, entorchados y medallasLa carroza de oro en la que se desplazaron Máxima y Guillermo el día de su boda ahora está exhibida en un museoDetalles de un convite argentino por el casamientoEl naranja es el color oficial del reino; Guillermo le dio un anillo de compromiso a Máxima con un diamante en ese tonoLos novios tuvieron una torta nupcial de cuatro pisos (con su monograma) que cortaron con el sable de marino de Guillermo900 millones de personas de todo el mundo siguieron por televisión la boda, el día en que Máxima, una plebeya argentina, se convirtió en princesa de HolandaEdición fotográfica: Jesica Rizzo
Fuente: La Nación