LIMA, 14 mayo (Reuters) – El candidato socialista Pedro
Castillo se mantiene arriba en las preferencias para la
presidencia de Perú, pero su ventaja sobre la derechista Keiko
Fujimori cayó a tres puntos porcentuales en para los comicios
del 6 de junio, mostró el viernes un sondeo.Castillo, quién está moderando su discurso de izquierda para
ganar votantes de centro, tiene un 44% de respaldo y la hija del
encarcelado exmandatario Fujimori un 41%, según el simulacro de
votación, el primero para este balotaje, realizado por Datum
internacional y publicado por los diarios Gestión y Perú 21.El simulacro, en el que se entrega una boleta de sufragio a
cada entrevistado, fue realizado entre el 12 y 13 de mayo y
tiene un margen de error de +/-2,8%, dijo la encuestadora.Datum Internacional también publicó un sondeo de intención
de voto, que registra además a los que aún no saben por quien
votar. En esta encuesta Castillo obtuvo un 42%, un punto más
frente a la encuesta previa de la firma; mientras que Fujimori
obtuvo un 40%, alza de cuatro puntos porcentuales.Los indecisos o los que anularían su boleta de sufragio
suman un 17% a casi tres semanas de los comicios, precisó.Encuestas previas de otras empresas también han mostrado que
la brecha entre ambos candidatos se ajusta y se espera una
elección con final de fotografía, según analistas.La hija mayor del exmandatario Fujimori, que tiene una
acusación fiscal en curso por lavado de activos, propone
mantener la política de libre mercado que sostuvo décadas de
fuerte crecimiento económico, un modelo sin embargo que ha sido
culpado de elevar la desigualdad en el país minero.Castillo, un profesor de primaria desconocido hasta poco
antes de la primera ronda electoral, quiere redactar una nueva
Constitución para debilitar a la elite empresarial y dar al
Estado un rol más preponderante en la economía.La batalla electoral se ha centrado en los últimos días
entre advertir que si gana el candidato socialista el país
andino podría ingresar a un modelo “comunista”, o que si gana
Fujimori tener un gobierno “autoritario”, al estilo del
exmandatario que gobernó con mano dura entre el 1990 y el 2000.
(Reporte de Marco Aquino)

Fuente: La Nación

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