CIUDAD DE GAZA.- El sistema de salud de Gaza se enfrenta con un doble enemigo: el coronavirus y las bombas. Hace algunas semanas, ante el aumento incontrolado de casos de Covid-19, las autoridades desalojaron quirófanos, suspendieron la atención médica no esencial y concentraron su personal de salud en los pacientes con dificultad para respirar, en un esfuerzo por mantener estables sus hospitales. Entonces comenzaron a caer las bombas.Ya son 119 los palestinos muertos, entre ellos 31 niños y 19 mujeres, y 530 personas heridas tras el intercambio de misiles entre Israel y Hamas. La fuerza aérea israelí ha atacado apartamentos, destruido vehículos y demolido edificios.En fotos: la ofensiva de Israel sobre GazaEn plena crisis sanitaria, los médicos están reasignando camas de unidades de cuidados intensivos y maniobrando entre heridos de explosiones y esquirlas, vendar cortaduras, detener hemorragias y efectuar amputaciones. Exhaustos, se apresuraban a atender a un paciente tras otro, mientras otros se reunían en la morgue del hospital y esperaban con camillas para retirar los cadáveres y que sean sepultados.Ghassan Al-masri, de 22 años, descansa en el hospital Shifa en la ciudad de Gaza, el jueves 13 de mayo de 2021, donde recibe tratamiento por las heridas causadas por un ataque israelí del 10 de mayo que golpeó una casa cercana a su familia en la ciudad de Beit Hanoun. Hace apenas unas semanas, el débil sistema de atención médica de la Franja de Gaza estaba luchando con un aumento desbocado de casos de coronavirus. Ahora, los médicos de todo el abarrotado enclave costero están tratando de mantenerse al día con una crisis muy diferente: heridas por explosiones y metralla, cortes y amputaciones. (Foto AP / Khalil Hamra) (Associated Press/)Los familiares angustiados no esperaban la llegada de las ambulancias, sino que trasladaban a toda prisa a los heridos en vehículos o a pie hasta el hospital Shifa, el más grande del territorio.El conflicto entre Israel y Gaza, en vivo: el minuto a minuto de la escalada de tensiónEl hospital de Indonesia, en la localidad de Jabaliya en el norte, se saturó después de que cayeran las bombas en zonas cercanas. Había sangre en todas partes y las víctimas yacían en los pisos de los pasillos. Los parientes colmaban la sala de emergencias, llorando por sus seres queridos y maldiciendo.“Antes de los ataques militares, teníamos grandes escaseces y apenas podíamos manejar la segunda ola (del coronavirus)”, dijo por teléfono Abdelatif al-Hajj, funcionario del Ministerio de Salud de Gaza, mientras las bombas retumbaban en el fondo. “Ahora las víctimas están proviniendo de todas direcciones, víctimas en verdadero estado crítico. Temo un colapso total”.Sharif Al-zaharna, de 33 años, descansa en el hospital Shifa en la ciudad de Gaza, el jueves 13 de mayo de 2021, donde recibe tratamiento por las heridas causadas por un ataque israelí del 10 de mayo que golpeó una casa cercana a su familia en la ciudad de Jabaliya. Hace apenas unas semanas, el débil sistema de atención médica de la Franja de Gaza estaba luchando con un aumento desbocado de casos de coronavirus. Ahora, los médicos de todo el abarrotado enclave costero están tratando de mantenerse al día con una crisis muy diferente: heridas por explosiones y metralla, cortes y amputaciones. (Foto AP / Khalil Hamra) (Associated Press/)El sistema de salud empobrecido de Gaza, donde viven más de 2 millones de personas, siempre ha sido vulnerable tras años de conflicto.La división entre Hamas y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), instalada en Cisjordania y un bloqueo de casi 14 años impuesto por Israel con asistencia de Egipto también han asfixiado al sistema.Hay escasez de equipo y suministros como bolsas de sangre, lámparas quirúrgicas, anestesias y antibióticos. El equipo primordial para la pandemia, como protección personal, respiradores y oxígeno, son incluso más escasos.Médicos y médicos palestinos caminan dentro de la sala de emergencias del hospital Shifa en la ciudad de Gaza, el jueves 13 de mayo de 2021. Hace apenas unas semanas, el débil sistema de atención médica de la Franja de Gaza estaba luchando con un aumento desbocado de casos de coronavirus. Ahora, los médicos de todo el abarrotado enclave costero están tratando de mantenerse al día con una crisis muy diferente: heridas por explosiones y metralla, cortes y amputaciones. (Associated Press/)Neesidades de supervivenciaCon el territorio devastado por las bombas, donde la tasa de desempleo es de un 50%, el coronavirus pasó a un segundo plano, desplazado por la necesidad de supervivencia. Hay una limitada realización de pruebas y van más de 105.700 infectados y 976 fallecidos por el virus, según las autoridades.El mes pasado, los casos diarios y las muertes marcaron su propio récord histórico luego de que la sociedad se relajara por el Ramadán, la intransigencia pública, y el agregado de la variante británico.Los hospitales que el año pasado estaban destinados únicamente a pacientes con la enfermedad, ahora reciben a heridos de los bombardeos.Ante la imperiosa necesidad de espacio, el personal de enfermería del hospital European en la localidad de Jan Yunis trasladó en medio de la noche a decenas de pacientes infectados a un edificio distinto, aseguró el director del hospital, Yusef al Akkad.Los cirujanos y especialistas, desplegados en otras partes para tratar las infecciones, regresaron a toda prisa para atender heridas de cabeza, fracturas y lesiones abdominales.Si el conflicto se intensifica, el hospital tendrá que dejar de atender a los pacientes con coronavirus, dijo Al Akkad.Agencia AP

Fuente: La Nación

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