En un contexto de Niña, con una sequía que predomina en algunos puntos productivos del país, las bajantes de los ríos en la zona de la Mesopotamia complica el panorama para este verano en relación a la disponibilidad de agua.
Mientras la falta de lluvias secó la napa freática y tuvo impacto negativo en la actividad agropecuaria, ahora las ciudades comienzan a verse afectadas.

Por un lado, el río Gualeguay se mantiene en niveles históricamente bajos. Hay tramos que están virtualmente secos y en Puerto Ruíz no se pudo medir la altura de las aguas, porque solo hay algo de barro y cada vez más seco.
En condiciones similares se encuentra también el río Gualeguaychú. El leve aporte del Uruguay da un pequeño respiro: 30 centímetros en el puerto de Gualeguaychú y 20 centímetros en Boca. El bajo nivel pone en peligro la extracción de agua para la potabilización y, por eso, desde Obras Sanitarias de la Comuna salieron a implorar un “uso racional” del recurso, según publica el sitio R2820.
“Debido a las altas temperaturas pronosticadas y la bajante del río Gualeguaychú se pueden generar episodios de baja presión en toda la ciudad”, señalaron desde el municipio.

El Instituto Nacional del Agua (INA) sostiene que el “río Paraná en territorio argentino sufre la falta de lluvias y el caudal que ingresa al tramo oscila próximo a los 10 mil m3/s, muy por debajo del promedio de noviembre desde 1995″.
Con respecto al río Gualeguay, el organismo reportó que hay una “condición de los suelos marcada por la escasez. La perspectiva para el trimestre hasta el 31 de enero de 2021 no indica cambios favorables significativos”.
El pronóstico marca un verano con pocas precipitaciones y posible mortandad de peces a causa de la faltante de oxígeno en los ríos y arroyos.
Comienzan a surgir preocupaciones por los bajos niveles de agua y si los caudales permitirán extraer agua para potabilizar para el consumo general.

Fuente: InfoCampo

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