Las lluvias que se dieron en los últimos días en la mayoría de las zonas productivas del país fueron el impulso que se necesitaba para que la siembra de soja, que transita sus primeras semanas, comience a potenciarse.
Como en cada campaña, es fundamental que ese comienzo de temporada sea con un refuerzo en la nutrición, de manera de llevar al cultivo al máximo potencial. En esta campaña, en la que se presume que las precipitaciones podrían estar por debajo del promedio histórico debido al accionar del fenómeno La Niña, fertilizar en cantidad y calidad suficiente a la planta es clave para reducir el riesgo de estrés y lograr los mayores rendimientos.
Según Enrique Cirolini, Asesor Técnico Comercial de Compo Expert en la zona Sudoeste y Sudeste de Buenos Aires, esta compañía ofrece un pack de productos que permiten reforzar al cultivo en cada uno de sus estadios de desarrollo y que permiten alcanzar un plus de rendimiento de hasta 600 kilos por hectárea.
“Lo ideal es una fertilización integral y para comenzar están las opciones a la siembra. La primera de ellas es el arrancador Easy Start: un fosforado 11/48 con microelementos que permiten una mejor implantación y que se aplica en una dosis de 20 a 40 kilos por hectárea en la línea de implantación”, menciona Cirolini.
La fortaleza de este producto es que aporta una fertilización de arranque para que la planta esté más fuerte al momento del inicio, y con una nutrición balanceada, ya que incluye fósforo, zinc, hierro y manganeso, entre otros minerales.
Al momento de sembrar, para Cirolini también es fundamental haber realizado un tratamiento de semillas con Basfoliar Kelp, un bioestimulante con hormonas del alga Ecklonia máxima que posibilita un mayor enraizamiento y, por ende, un mejor crecimiento aéreo de la planta.
En este caso, la dosis recomendada es de 400 centímetros cúbicos por cada 100 kilos de semillas, y con la posibilidad de mezclar el fertilizante con el inoculante sin ningún tipo de problema.
Aplicaciones foliares
“A medida que va a avanzando el ciclo, el objetivo es ir acompañando a las distintas etapas de cultivo y aplicar una tecnología diferente de acuerdo a la necesidad de cada momento”, insiste Cirolini.
Quien no utilizó Basfoliar Kelp para el tratamiento de la semilla, puede sumarlo en estado vegetativo. O si no, incorporar Basfoliar Soja, un NPK que se aplica de a dos kilos por hectárea (es un polvo soluble), con muy buenos resultados en materia de la eficiencia del cultivo para absorber los nutrientes que eventualmente no pueda tomar del suelo si está en una situación de estrés por sequía.
Ya para las etapas reproductivas, Cirolini suma a Basfoliar Boro: “Ese nutriente es muy importante para la soja, sobre todo en la floración, porque ayuda a la formación y al cuaje correcto de la flor, lo que repercute en el número y crecimiento de las vainas y la generación de los granos que definen los rindes”, explica.
También en este caso es fundamental si la campaña transcurre con poca oferta hídrica. “El boro en años secos esta menos disponible, ya que su movimiento es por flujo masal y se necesita agua en el suelo para que la planta pueda absorberlo. Entonces, si no hay disponibilidad de agua, realizar una fertilización foliar con este nutriente, es una muy buena opción, que en este caso es con una dosis de uno a dos litros por hectárea”, repasa Cirolini.
En R3-R4, una buena estrategia puede ser repetir el uso de Basfoliar Soja para reforzar el aporte en el momento de mayor requerimiento nutricional de la planta.
Según Cirolini, solo con el uso de Basfoliar Soja los ensayos realizados por Compo Expert muestran que se logra un aumento de rendimientos de entre 250 y 300 kilos por hectárea. “Utilizando todo el paquete completo que ofrece Compo Expert para dicho cultivo puede obtener hasta 600 kilos más” completa Cirolini.
Por último, recomienda estar atento a situaciones de daños por fitotoxicidad o por heladas que pueden revertirse con medio litro por hectárea de Basfoliar Algae, un bioestimulante con gran cantidad de carbohidratos y aminoácidos que ayudan a reducir el estrés.
Fuente: InfoCampo