Una especie de lechuza gigante (Asio ecuadoriensis) de mas de 40.000 años de antigüedad fue hallada a 2.800 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Chimborazo, en la Cordillera de los Andes, por investigadores argentinos y ecuatorianos.
El tamaño del animal, entre otras cosas, sorprendió a los investigadores: sobrepasaba los 70 centímetros de estatura y superaba el metro y medio de extensión con sus alas abiertas. “Las patas de la lechuza gigante eran largas y delgadas, eficaces a la hora de capturar a presas difíciles de someter”, explicó un investigador.
Los expertos afirman que se alimentaba de micromamíferos, de aves y, en particular, de lechuzas. “Al encontrar los restos de los animales que habían sido las últimas comidas del Asio ecuadoriensis, pudimos saber que, entre mamíferos y aves, consumía especialmente otros tipos de lechuzas, lo que nos muestra que esta lechuza gigante era prácticamente lo que podría llamarse una lechuza caníbal”, resaltó uno de lo investigadores, y agregó: “Una de sus particularidades es que, al parecer, tenía predilección por consumir otras lechuzas de menor tamaño. Es una rareza biológica”.
Las exploraciones de campo en las que se encontraron estos restos fósiles fueron realizadas por el Departamento de Biología de la Escuela Politécnica Nacional en Quito, entre los años 2009 y 2012, en una de las localidades fosilíferas más importantes de Ecuador, conocida con el nombre de Quebrada Chalán.
Fuente: InfoCampo